Pero en verdad hubo otro robo del siglo en Argentina que sacudió a toda una provincia el 23 de septiembre de 1994 y hoy se cumplen 26 años de aquel emblemático robo. 

Ese día, el extesorero del Banco Nación de Santa Fe, Mario César Fendrich se robó 3.200.000 millones de dólares del tesoro. 

Pero lo llamativo de este caso, que pasó a la historia como el robo más grande de la ciudad de Santa Fe, fue que la gente en su momento lo idolatró. Le pedían autógrafos cuando lo trasladaban detenido y lo aplaudían. Lo cierto es que este robo revolucionó a la gente de aquella época. Para algunos la acción de Fendrich era injustificable, y para otros, el hombre representaba a la clase media postergada que hacía lo imposible para llegar a fin de mes: el típico hombre que cumplía órdenes y que trabajaba con tanto dinero que se tentó. 

Lo particular de este caso, es que el ladrón, luego de robar una suma millonaria, dejó una nota en la que daba aviso al gerente de la sucursal, Juan Sagardía, lo que había hecho: “Gallego, me llevo tres millones de pesos del tesoro y 187 mil dólares de la caja”. 

Mediante un plan bien estudiado, Fendrich abrió el tesoro con una copia de la llave del gerente. Luego desconectó las alarmas, guardó el dinero en una caja de madera y programó el reloj trigonométrico de la puerta de la bóveda para que se volviera a abrir recién cuatro días después. 

Ese día, el ex tesorero Fendrich se dio a la fuga con el dinero y desapareció de su casa en la capital provincial, de la sede bancaria ubicada en la calle San Martín y Tucumán y de todos los lugares que frecuentaba. 

Sin embargo, el 9 de enero de 1995 se entregó a la policía y dijo que alguien lo había obligado a robar el dinero porque corría peligro su familia. 

Finalmente, el 12 de noviembre de 1996, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe lo condenó a ocho años, dos meses y 15 días de prisión por el delito de peculado. En la cárcel de Las Flores, el ex empleado bancario tuvo una conducta excelente y después de cuatro años, nueve meses y 20 días de estar preso, salió en libertad condicional.

Lo cierto es que aún resulta un misterio qué ocurrió con ese dinero. No se sabe si fue gastado o si quedó guardado. Se dijo que viajó a Paraguay junto a una amante mucho más joven que su esposa, que ambos se fueron a las playas de Brasil, que Fendrich se realizó una cirugía plástica, que gastó parte de la fortuna en un casino, que se la robaron, que la enterró en un cementerio y hasta que la repartió entre amigos y ellos nunca se la devolvieron. 

Ese misterio, quizás nunca se revele ya que Frendich se murió en Cuba luego de sufrir un ACV en 2018, y nunca contó en dónde invirtió el dinero, si lo gastó, o lo robaron.