Almeda Errell (72) y Gary Hardwick (19) se conocieron en el velatorio de uno de los hijos de ella. Luego volvieron a encontrarse en un cumpleaños en una pizzería de Estados Unidos, donde pudieron charlar mejor. "Lo primero que me gustó de ella fueron sus hermosos ojos azules y su personalidad", explicó Gary en el programa Extreme love, donde relataron su historia de pasión y ella coincidió: "lo miré a los ojos y me enamoré".

A las dos semanas se casaron "sabía que él era con quien quería pasar mi vida". Hoy en día llevan dos años de matrimonio, vive en Maryville, Teennesse y tiene una cuenta de Instagram donde luchan por su amor y pelean ante las críticas en las redes.

"La química fue genial. Todo en ella capturó mi corazón desde el primer día", dijo Gary.

"Si amas a alguien, la edad es sólo un número. Ahora he estado felizmente casada desde hace dos años con mi verdadera alma gemela", reflexiona Almeda en su canal de Youtube, donde muestran la relación que tienen y aseguran que "tienen pasatiempos e intereses similares".

"No siento que esté perdiendo el tiempo por estar casado con Almeda. Estoy realmente maduro para mi edad, no encajo en el rango de edad joven en absoluto. Nunca me han atraído las mujeres más jóvenes. Incluso cuando tenía 13 o 14 años, siempre me gustaron las mujeres mayores y cuando le conté a mi abuela, que me crió, tuve miedo por cómo la tomaría. Pero ella nos aceptó" dice Gary.

"La primera vez que hicimos el amor fue en nuestra noche de bodas. Fue una experiencia increíble.Había una conexión tan profunda allí. Ella es una amante maravillosa", detalló Gary.

¿Qué opina la familia de los protagonistas?

- El hijo de Almeda no le dirige la palabra a su madre desde el día que conoció a Gary.

- A Aaron Elliott (22) nieto de Almeda, al principio le resultó difícil aceptar la relación pero una vez -borracho- lo llamó a Gary "abuelo". 

- Indiana, también nieta de Almeda, tiene 17 años y reflexiona "¿Cómo no voy a apoyarla? Para mí, personalmente, cada vez que se juntan es un poco raro, pero vivimos en el siglo XXI y esas cosas realmente no deberían importar".