Joseph Stiglitz se refirió al principio de entendimiento entre el Gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un artículo para la revista Foreign Policy, donde resaltó que "ambos lados claramente entendieron los peligros de caer en el abismo de lo desconocido”.
“El FMI no insistió, como suele hacer, en la austeridad. En cambio, el acuerdo brinda a la Argentina espacio para continuar con su recuperación económica”, consideró Stiglitz, quien remarcó que así se marca un precedente en materia de reestructuración de la deuda y crisis financieras que podrían surgir tras la pandemia. “Muchos países en desarrollo y mercados emergentes estarán estresados hasta el límite”, dijo el economista, y advirtió: “El acuerdo argentino les da la esperanza de que pueden recurrir al FMI sin que el Fondo imponga una austeridad perjudicial y otras condiciones contraproducentes. Esperemos que ese sea el caso”.
El mentor de Martín Guzmán destacó que, pese “a enfrentar una enorme carga de duda y lidiar con el flagelo del Covid-19, el gobierno de Alberto Fernández logró una tasa de crecimiento cercana al 10%. “Al ingresar a las negociaciones con el FMI, la Argentina simplemente quería tener la capacidad de continuar con su recuperación, sin las condiciones perjudiciales que tan a menudo se han incluido en los programas anteriores del FMI”, enfatizó.
El economista repasó en su artículo de Foreign Policy los últimos meses de intensas fases de negociación. “El gobierno de la Argentina, con sus economistas bien preparados, insistió en que la austeridad es contractiva, algo que debería parecer obvio para cualquiera que haya tomado un curso elemental de macroeconomía”, ironizó, y continuó: “Pero en el mundo al revés en el que vivimos, hay una escuela de pensamiento que argumenta que las políticas contractivas pueden ser expansivas”.
En un escenario atravesado por la austeridad, Stiglitz analizó, “los peligros serían especialmente grandes”. “La idea de que recortar el gasto público restauraría mágicamente la confianza, lo que generaría una afluencia de dinero y compensaría la pérdida de apoyo fiscal es pura fantasía”, consideró el premio Nobel. “Los defensores de la austeridad han criticado al gobierno actual por no reducir la tasa de inflación más rápido. La inflación fue otro legado adverso que el gobierno de Fernández heredó del expresidente argentino Mauricio Macri ”, sentenció.
“Aunque podemos celebrar este importante paso adelante, estamos lejos de estar fuera de peligro” , advirtió Stiglitz, quien señaló que es probable que “haya múltiples crisis en los próximos años”.
“La Argentina ha podido recuperarse hasta ahora de la destrucción económica de la administración anterior en parte porque tenía un alto nivel de experiencia en la mesa de negociaciones, en macroeconomía, reformas de políticas estructurales y reestructuración de la deuda”, ponderó el economista, mientras contrastó: “Muchos otros no tendrán estas ventajas”.
En este sentido, el economista destacó: “Habrá una serie de eventos imprevistos e imprevistos, políticos y económicos, nacionales e internacionales, a los que el gobierno argentino tendrá que responder. Habrá desacuerdos sobre la mejor manera de hacer esto, tanto dentro de la Argentina como entre la Argentina y el FMI. Con suerte, en los próximos años, ambas partes mantendrán el espíritu de cooperación y compromiso de este acuerdo con el crecimiento compartido y la reducción de la pobreza”.
“Al final, es la voz de los ciudadanos de un país la que debe escucharse con más fuerza en una democracia. Por muy mal diseñado e implementado que haya estado el acuerdo de 2018, es el gobierno actual y los ciudadanos argentinos los que han tenido que cargar con las consecuencias. El gobierno de Fernández, en colaboración con el FMI, ha honrado estos compromisos —dentro de las capacidades muy disminuidas generadas por el COVID-19 y las políticas económicas fallidas anteriores— con dignidad y respeto”, concluyó el premio Nobel.