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Vladímir Putin, diez años al frente de Rusia

En medio de la invasión a Ucrania, el líder ruso cumple este 7 de mayo una década como presidente de su país; ya había ejercido ese cargo entre 2000 y 2008 y podría quedarse en él hasta 2036.

Vladímir Putin, diez años al frente de Rusia

Rusia, Moscú. 7 de mayo de 2012. En medio de múltiples protestas, y bajo un fuerte operativo de seguridad, Vladímir Putin asume como presidente de Rusia. Era el comienzo de su tercer mandato. Antes, había ejercido la presidencia entre 2000 y 2008. Intentó presentarse nuevamente, pero la Constitución se lo prohibía. No obstante, eso no le impidió seguir al mando.

Tras la presidencia de Dmitri Medvédev -designado primer ministro luego de las elecciones-, Putin -que fue primer ministro durante los cuatro años de gestión de su sucesor- volvió a presentarse como candidato. Obtuvo el 63,6% de los votos, superando por casi 50 puntos porcentuales al segundo, el candidato comunista Guennadi Ziugánov.

Casi todos los colegios electorales fueron provistos de dos cámaras web que el día de las elecciones transmitían en directo y grababan todo lo ocurrido cerca de la urna y la comisión electoral. En total se instalaron alrededor de 182.800 cámaras en 91.400 colegios electorales.

La oposición denunció fraude y múltiples irregularidades en los comicios, y los observadores internacionales Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa criticaron la votación por irregularidades de procedimiento.

"Estoy al tanto de la enorme responsabilidad ante el pueblo ruso. Haré todo lo que esté a mi alcance por una convivencia en paz y prosperidad de nuestro pueblo", dijo Putin tras la victoria.

En enero de 2020, Putin presentó el proyecto de enmiendas a la Duma del Estado. En total, se modificaban 14 artículos, entre ellos, el que prohibía más de dos mandatos consecutivos. La reforma fue aprobada mediante un referéndum, concediendo al mandatario la posibilidad de perpetuarse en el Kremlin por otros dos mandatos (doce años) después de 2024. 

Inmerso en una crisis de popularidad, Putin lanzó una ofensiva contra Estados Unidos y la OTAN, ante la intención de Ucrania de ingresar a la alianza militar fundada en 1949. Con un gran despliege sobre la frontera con Ucrania, comenzó a sobrevolar la posibilidad de una invasión. El 24 de febrero, finalmente, el líder ruso dio la orden: lanzo "una operación militar especial" destinada a "proteger" a la población en la región predominantemente de habla rusa de Dombás. Sin embargo, las fuerzas rusas avanzaron por múltiples frentes, incluso hasta las afueras de la capital, Kiev. Desde entonces, su popularidad experimentó un fuerte repunte, y la desaprobación a su gestión cayó al 17%, niveles de 2018, según el Centro Levada (independiente).

La "operación" no resultó como Putin esperaba. El presidente Volodimir Zelensky se mantiene firme en su cargo y con el respaldo de la comunidad internacional y la OTAN, que le proveé armamento para enfrentar al ejército ruso. Sumado a esto, comienzan a circular versiones de que el líder ruso estaría atravesando graves problemas de salud que lo obligarían a abandonar el poder.