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Ciencia

Coronavirus y síndrome de la cabaña: el miedo a salir a la calle post cuarentena

¿De donde sale esta ansiedad ante volver a salir cuando termine el aislamiento? ¿Cómo haremos para aumentar nuestra confianza individual y colectiva?

Coronavirus y síndrome de la cabaña: el miedo a salir a la calle post cuarentena

El distanciamiento social lleva ya varias semanas en nuestro país. Para bien o para mal, muchos de nosotros estamos más cómodos en nuestros hogares que en cualquier otro lugar, y algunas personas tienen miedo de salir de sus casas una vez terminada la cuarentena por COVID-19.

Se habla entonces del "síndrome de la cabaña", un término que describe el temor y la ansiedad que experimentan algunas personas ante la posibilidad de regresar al estado previo al confinamiento.

En un sentido amplio, se trata de un fenómeno real cuando se convierte en sinónimo de una amenaza percibida. Esto también se relaciona con las percepciones de riesgo y cuán vulnerables nos sentimos que somos a esta enfermedad.

El uso de tapabocas para protegernos de un enemigo microscópico, el constante bombardeo de los medios de comunicación con advertencias sobre permanecer adentro para controlar la propagación de la enfermedad, el desafío de mantenerse a dos metros de distancia de los demás mientras esperamos en la fila del supermercado, la incertidumbre económica y, sobretodo, el miedo a comprometer nuestra salud y la de nuestros allegados, hicieron que salir incluso por un breve período de tiempo se convierta en una experiencia desagradable que preferiríamos evitar.

Por otro lado, para muchas personas esta cuarentena implicó una manera de pausar todos los desafíos sociales, laborales y profesionales; una especie de refugio que hizo perder la noción del tiempo, donde es lo mismo si es feriado o día hábil, donde la rutina perdió significado.

Los expertos sostienen que cuando disminuya el número de casos y muertes de COVID-19, como todos anticipamos, se restablecerá la confianza. Por supuesto, esta se verá reforzada a medida que los informes de salud mejoren. Sin embargo, puede llevar un poco de tiempo aumentar nuestra confianza individual y colectiva.

La amenaza de COVID-19 disminuirá también cuando las opciones de vacunación y tratamiento estén completamente desarrolladas y disponibles. Y aunque esas medidas están a meses de distancia, hasta entonces, es probable que surjan diversos grados de precaución y optimismo.

Hacer una exposición progresiva a la salida y al restablecimiento de rutinas, evitar la sobreinformación, mantener las medidas de prevención e ir viendo cómo uno se siente cómodo, son algunas de las maneras de afrontar lentamente este miedo. Y ante todo, no dudemos a la hora de pedir ayuda de un profesional.

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