Muchos pensamos sobre el significado y el propósito de la vida desde una perspectiva filosófica, pero en las últimas tres décadas ésta se ha convertido también —especialmente en el contexto de una población que envejece— en una cuestión importante en la investigación médica. Resulta que, lejos de ser solo un concepto que nos mantiene despiertos por la noche, la presencia y la búsqueda de sentido en la vida son importantes para la salud y el bienestar.

En un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychiatry, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California (UC) midieron el bienestar físico y mental de más de mil personas de 21 a 100 años o más. A su vez, evaluaron mediante entrevistas y cuestionarios especializados la presencia y búsqueda de significado en la vida de los participantes.

"El campo de la medicina está comenzando a reconocer que el sentido de la vida es un factor clínicamente relevante y potencialmente modificable, que puede orientarse para mejorar el bienestar y el funcionamiento de los pacientes", dijo Awais Aftab, autor del paper y ex becario del Departamento de Psiquiatría de la UC.

Encontraron que una vez que las personas llegan a los treinta, cuarenta y cincuenta años —momento en el que usualmente se logran los objetivos profesionales, las relaciones y la autocomprensión que se han estado buscando hasta entonces— la presencia de significado en la vida alcanza su punto máximo y esto estaba asociado con un mejor bienestar físico y mental.

Después de los sesenta años, sin embargo, las personas se retiran de sus trabajos, empiezan a tener problemas de salud y algunos de sus amigos y familiares comienzan a fallecer. Esto se traduce en una nueva búsqueda del significado de la vida porque el que tenían cambió.

"Cuando encontrás más sentido en la vida te sentís más contento, mientras que si no tenés un propósito y lo estás buscando sin éxito, te sentís mucho más estresado", afirmó Dilip V. Jeste, MD, autor principal, decano del Centro de Envejecimiento Saludable y profesor de Psiquiatría y Neurociencias.

Según los investigadores, en el área de la medicina recién se están empezando a comprender los posibles efectos de tener o no tener un propósito definido. En un futuro planean estudiar otras construcciones psicológicas, como la sabiduría, la soledad y la compasión, para conocer su relación con el significado en la vida y eventualmente desarrollar nuevas intervenciones destinadas a mejorar la calidad de vida general de las personas.