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Ciencia

Estudio: menos sexo, pero más diversidad sexual

¿Cuántas personas han experimentado cambios en su vida sexual desde que comenzó la pandemia? ¿En qué medida estos cambios giran en torno al uso de la tecnología? ¿Cuál ha sido el impacto final, para bien o para mal?

Estudio: menos sexo, pero más diversidad sexual

La pandemia de coronavirus está afectando, entre muchísimas otras cosas, la sexualidad y las relaciones. Y ante las dificultades relacionadas con la intimidad y la posibilidad de encontrar pareja, dificultades exacerbadas involuntariamente como consecuencia de las medidas de confinamiento y distanciamiento social que nos protegen, estamos encontrando nuevas e innovadoras formas de (re)conectarnos íntima y sexualmente a través de la tecnología.

El sexo, cuando se elige libremente y se busca por placer (el motivo más común en todos los grupos de edad y género de las sociedades occidentales), es una forma popular de ocio (o de aliviar el estrés, pasar el tiempo, conocerse a une misme, y una infinidad de posibilidades) que satisface múltiples necesidades y es beneficioso para el bienestar físico y psicológico. Pero con la aparición de un nuevo virus que afectó completamente todos los aspectos de nuestra vida diaria, nuestras prácticas también se vieron redefinidas, creando tanto nuevas restricciones como oportunidades.

A medida que las restricciones relacionadas con la pandemia se generalizaron, diversos medios comenzaron a informar sobre cambios en el comportamiento sexual, señalando un aumento en las búsquedas de pornografía en línea, ventas de juguetes sexuales, descargas de aplicaciones de citas y publicaciones eróticas en las redes sociales.

Este patrón, consistente con la integración general de Internet y las plataformas digitales en la vida sexual de las personas, sugiere que cuando las oportunidades para relacionarse sexoafectivamente en persona y en pareja son limitadas, se pueden aprovechar actividades online y en solitario para cubrir la falta.

Para estudiar, justamente, qué está ocurriendo en las habitaciones de las personas, un equipo de investigadores realizó una encuesta online a más de 1500 adultos y observó que la mayoría de los participantes informaron una disminución en la calidad de sus vidas sexuales durante la pandemia de COVID-19 (específicamente el 43,5% de ellos), mientras que solo una minoría informó mejoras y el resto se mantuvo igual.

Curiosamente, sin embargo, a pesar de la disminución en la frecuencia de las conductas sexuales en comparación con el año pasado, una de cada cinco personas agregó al menos una nueva actividad a su vida sexual, como una nueva posición sexual, pornografía, sexting, nudes, etc. 

Esta incorporación de novedades a la vida sexual, por otro lado, no estaba relacionada con el género —con el 20.6% de las mujeres, el 19.4% de los hombres y el 18.4% de les participantes no binarios que informaron nuevas incorporaciones— pero si con, entre otras cosas, la orientación sexual, la identidad racial y vivir o no en pareja: personas LGBTQ+, las minorías raciales y quienes vivían solos eran quienes más intentaban cosas nuevas.

A su vez, en comparación con las personas que no habían hecho ningún cambio, las que condimentaron sus prácticas tenían más probabilidades de informar mejoras en su vida sexual desde el comienzo de la pandemia.

Es de destacar que el estrés y la soledad, si bien se asocian con evaluaciones negativas de la vida sexual de una persona, también estaban vinculados al intento de nuevas actividades. Los investigadores explican que esta pandemia y el consecuente aislamiento social probablemente elevaron los sentimientos de estrés y soledad, y ambos factores tienen vínculos bien establecidos con el comportamiento sexual en general, "Por lo tanto, hacer nuevas adiciones puede reflejar en parte un mecanismo de afrontamiento para la angustia psicológica o una estrategia para evitar más declives sexuales".

Asimismo agregan que "esta muestra, si bien no es representativa y tampoco suficiente para hacer generalizaciones, los hallazgos, sin embargo, hacen una contribución importante y novedosa a la literatura y a nuestra comprensión colectiva de la influencia de la pandemia y el distanciamiento físico de COVID-19 en la socialidad, el ocio y el sexo".

Más allá de la pandemia

Históricamente, las grandes pandemias transforman profundamente a las sociedades y el Covid-19 no es la excepción, con un renovado interés por el trabajo remoto y la adopción de nuevos comportamientos eróticos.

Se desconoce si esto conducirá a un cambio duradero. Por el momento, este hallazgo agrega complejidad y matices muy necesarios a la narrativa popular de los medios que rodea el sexo durante este momento inusual.

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