Recientemente, el presidente de Farmacéuticos Sin Fronteras y ex titular del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Alvarado, denunció en diálogo con elDiarioAR que, a pesar de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) no autoriza el uso de la droga ivermectina más que como antiparasitario —por no existir documentación científica que la avale para prevenir el COVID-19—, en las farmacias se duplicó su demanda respecto al 2019.
"Cuando empezó la pandemia, medicación que resonara en los medios de comunicación y en las redes sociales, medicación por la que se agolpaba la gente en la farmacia. Con la ivermectina empezó en septiembre u octubre, y sigue vigente: en algunos lugares del Conurbano y del interior de la Provincia estuvo directamente en falta en las droguerías. Ahora se normalizó pero en cualquier momento vuelve a entrar en falta porque por momentos hay 100% de aumento de demanda respecto del año anterior", sostuvo.
Las tabletas de ivermectina están aprobadas para el uso en seres humanos para el tratamiento de algunos gusanos parásitos (estrongiloidiasis intestinal y oncocercosis) y las formulaciones tópicas de ivermectina están aprobadas para uso humano, solo con receta médica, para el tratamiento de parásitos externos como piojos y condiciones de la piel como la rosácea.
En animales, para la prevención de la enfermedad del parásito del corazón en algunas especies de animales pequeños, y para el tratamiento de ciertos parásitos internos y externos en varias especies de animales.
Ante las innumerables consultas de los profesionales de la salud y ante la creciente generalización de la utilización de la ivermectina para el tratamiento de COVID 19, la Sociedad Argentina de Infectología tuvo que emitir un comunicado adviertiendo que, aunque es un potencial inhibidor de la replicación viral del SARS-CoV-2, la evidencia disponible in vitro sugiere que para alcanzar niveles efectivos de ivermectina se necesitarían importantes aumentos y potencialmente tóxicos de la dosis.
"Incluso dosis de hasta 10 veces mayores que las aprobadas no alcanzarían las concentraciones efectivas in vitro contra el SARS-CoV-2", enfatizan. "Hasta el momento la evidencia científica en curso que evalúa el uso de ivermectina sola o combinada con otras drogas para la prevención y/o tratamiento de la infección por SARS-Cov2 es de muy baja calidad y no han reportado datos claros de eficacia clínica".
En este sentido, es importante recordar que la ivermectina no es una droga inocua y aún a dosis terapéuticas puede provocar un número frecuente (>10%) y considerable de efectos secundarios adversos, desde leves a graves.
La Food and Drug Administration (FDA), agente regulador estadounidense, también sostiene que no está aprobada para la prevención o el tratamiento del COVID-19 y detalla que los efectos secundarios incluyen desde sarpullido, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, hinchazón del rostro o de las extremidades hasta eventos adversos neurológicos (mareos, convulsiones, confusión), baja repentina de la presión arterial, sarpullido grave que pueda requerir hospitalización y lesión hepática (hepatitis).
"Debe evitarse el uso de ivermectina para la prevención o el tratamiento del COVID-19 ya que no se han establecido sus beneficios y seguridad para estos fines", concluye.