Anika Chebrolu es una joven de 14 años de Frisco, Texas, que se está haciendo conocida por ganar un prestigioso premio para jóvenes científicos gracias a un descubrimiento que podría proporcionar una terapia potencial para la enfermedad de Covid-19: una molécula que se podría unir selectivamente a la proteína de pico del virus SARS-CoV-2 e inhibir su capacidad para infectar a las personas. El hallazgo le valió el título de "mejor científica joven de Estados Unidos" en la competencia Young Scientist Challenge 2020 así como también $25.000 dólares entregados por la multinacional 3M.
Habiendo comenzado a investigar la gripe española de 1918 para un proyecto escolar, fascinada por los virus y el descubrimiento de fármacos, una vez que golpeó la pandemia de coronavirus, cambió su enfoque al SARS-Cov-2.
"Después de investigar pandemias, virus y fármacos durante tanto tiempo ¡era una locura pensar que en realidad estábamos atravesando una pandemia!", sostuvo. "Debido a la inmensa gravedad del covid-19 y el impacto drástico que tuvo en el mundo en tan poco tiempo, yo, con la ayuda de mi mentora, cambié de dirección para atacar el virus SARS-CoV-2".
Anika, entonces, se puso manos a la obra y se centró en una molécula que puede unirse a una proteína clave del virus, la famosa proteína S que el mismo utiliza para ingresar a nuestras células, para potencialmente cambiar su forma y función, específicamente "evitar que el virus pueda adherirse a las células humanas y, por lo tanto, reducir o tratar una mayor infección en el cuerpo de una persona".
Pero encontrar tal molécula no es fácil y para eso la joven utilizó técnicas in-silico, es decir, simulaciones por computadora que, mediante predicciones con el ayuda de la bioinformática y la bioestadística, permiten acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos y reducir los gastos que conlleva el trabajo experimental químico.
Por el momento se necesitan más estudios para saber si esta molécula pueda tener algún impacto en la entrada o replicación viral y ser, por ende, efectiva como opción terapéutica, pero mientras tanto, la estudiante ya tiene planificados sus próximos meses.
"Planeo usar los US$25.000 para continuar mi investigación y financiar mi organización sin fines de lucro, AcademyAid, que proporciona material y equipamiento a niños que lo necesitan para ayudarlos a seguir las carreras y oportunidades que desean", asegura. "También planeo ahorrar el resto del dinero para la universidad".