Ir al contenido
Logo
Ciencia

Leonardo, inventor

¿Cómo y por qué llegó da Vinci a diseñar helicópteros, y vehículos autónomos, y máquinas de guerra? Un recorrido por algunos de sus inventos más sorprendentes. 

Leonardo, inventor

Vamos a viajar en el tiempo, unos 500 años atrás, a una zona de Europa donde viejos estados feudales de la Edad Media, dieron lugar a poderosas naciones, que para no aburrirse se peleaban casi todo el tiempo, con una creciente burguesía que, incentivada por el comercio y las nuevas filosofías del Renacimiento, permitía que aparecieran nuevos ricos y poderosos.

Imaginemos cómo sería vivir allí: no hay electricidad, lo normal es que todos huelan muy mal (a menos que seas muy rico y uses alguna agua de colonia), los inodoros no existen, comés cuando podés, transitás muy lento de un lugar a otro (nada de viajar de Florencia a Roma en 90 minutos),  la educación no es una necesidad como lo es hoy y además no hay internet. No es difícil darse cuenta de que los recursos para generar ideas novedosas también son escasos.

Así se veía Florencia hacia fines del siglo XV.

Leonardo no fue ajeno a estos tiempos, y a pesar de todo logró convertirse en un inventor excepcional, además de artista e investigador.

¿Cómo  hizo para ser tan genio? No sólo pensó en máquinas voladoras, o cómo andar bajo el agua sin ahogarse, sino que también desarrolló elementos simples como los rodamientos para un helicóptero o, según se dice, las tijeras que solemos usar hoy.

Hay varios factores que contribuyeron a que Leonardo sea conocido por sus inventos, entre los cuales cabe destacar los vínculos que estableció a lo largo de su vida. Primero, con algunas de las sucesivas esposas de su rico y noble padre (recordemos que era hijo ilegítimo y su madre falleció joven). Y luego, y en especial, con su gran maestro Verrocchio, del que fue discípulo y colaborador desde sus 17 años a lo largo de casi una década. Andrea del Verrocchio, quien también desarrolló actividades en múltiples frentes, supo ver y fomentar las habilidades e intereses de ese joven Leonardo, permitiéndole investigar y experimentar en lo que le gustaba.

El talento excepcional de da Vinci se hizo conocido, y los poderosos de la época se disputaron sus servicios, tan amplios que incluían trabajos como ingeniero militar y como organizador de celebraciones fastuosas. Alcanza con mencionar, entre sus empleadores, a Lorenzo de Médici, de Florencia, a Ludovico Sforza, duque de Milán y al Rey de Francia, Francisco I.  

El arte de la guerra

A Leonardo lo buscaban, mas que por su arte, por su capacidad de inventor para desarrollar armas y artefactos de guerra, cosa que él mismo sabía perfectamente, como puede verse en el currículum con el que trató de convencer a Sforza de que lo contratara.

La situación beligerante de la época despertó sin dudas su ingenio. Fue así como pensó, por ejemplo, en el avión inspirado en los pájaros, el tanque derivado de las observaciones de las tortugas, puentes transportables ideales para movilizar rápido las tropas, un cañón liviano y de tres disparos, u otro de múltiples disparos, un par de “esquíes de nieve” flotantes para movilizar tropas caminando sobre las aguas o la ballesta gigante de 25 metros de largo y seis ruedas, con el fin de asustar al enemigo.

El puente "portátil" de Leonardo. En el video de abajo, se ve cómo funcionaría.

Otro de los factores que contribuyó a su capacidad inventiva, es que no trabajaba solo sino en equipo: aunque nadie duda quién era el jefe, estuvo siempre con sus aprendices y ayudantes, que lo acompañaban fielmente de un lado a otro. Esto le permitió, además de intercambiar experiencias y conocimientos, trabajar en confianza y promover la creatividad para aplicarla a sus inventos.

Y una más: Leonardo da Vinci tuvo tiempo. Falleció recién a los 67 años, que hoy parece incluso una edad temprana, pero en esos tiempos menos del 1% de la población la alcanzaba.

Da Vinci, como es obvio, tenía múltiples intereses. Pero su principal característica fue sin dudas su curiosidad, actitud necesaria para fomentar la imaginación que necesita todo inventor.

Algunos de sus inventos

La ballesta gigante para intimidar enemigos.
Una máquina de volar inspirada en sus estudios del vuelo de los pájaros.
El vehículo acorazado, que recuerda los tanques de hoy en día

*Ingeniero industrial, profesor en la Universidad Tecnológica Nacional y en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires.  

    Ultimas Noticias