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Ciencia

Tratamientos de ovodonación: aumentaron un 524% en el último año

Además, el número de personas interesadas en ser donantes, que acudieron a una primera consulta, se incrementó un 275% en comparación al 2020.

Tratamientos de ovodonación: aumentaron un 524% en el último año

En los últimos años, los procesos sociales han provocado cambios en cuanto a los proyectos de maternidad y a los modelos de familia. Situaciones que incorporan una alternativa recomendada para cumplir con el deseo de maternar. En el caso de la ovodonación, el tratamiento involucra otro pilar fundamental para la concreción de ese deseo tan genuino: las donantes.

Ser donante es un acto solidario y voluntario que realiza una persona en favor de la salud de otra. Es una circunstancia positiva de realización personal a nivel psicológico y espiritual, una demostración de empatía para con el padecimiento de los demás. Según los registros de IVI, los tratamientos de ovodonación aumentaron un 524% en 2021 con respecto al año 2020. En esta misma línea, el número de personas interesadas en ser donantes, que acudieron a una primera consulta, se incrementó un 275% en comparación al 2020.

"Los estudios científicos concluyen que la donación de óvulos no modifica ni la fertilidad ni la salud de las donantes a corto o a largo plazo", explica la Dra. Florencia D'Atri, Coordinadora médica de la Unidad de Ovodonación del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), y agrega: "Los síntomas que usualmente siente la donante durante el tratamiento son similares a los que se producen durante la menstruación o ligeramente más intensos: molestias abdominales, distensión, cambio del estado de ánimo, pesadez. Aún así, las donantes encuentran diferentes motivaciones para donar: experiencias de infertilidad en familiares cercanos o simplemente ganas de ayudar a otras mujeres".

Las personas que atraviesan dificultades para vivir la maternidad transitan el proceso con incertidumbre, por eso, es fundamental que cuenten con un espacio de contención psicológica para trabajar todas estas cuestiones.

Quienes realizan un tratamiento de fertilización asistida deben enfrentarse a elaborar el duelo de no concebir un bebé con su propia genética. Durante ese proceso, atraviesan las siguientes etapas:

  • Etapa de Shock: El duelo o tristeza por no poder hacer uso de la propia genética.
  • Etapa de ansiedad y tristeza: múltiples dudas y miedos que surgen sobre el embarazo, la donante, el futuro niño y la familia.

Además, aparecen una serie de autoconceptos relacionados con múltiples aristas como la sexualidad, autoestima, reconocimiento social, prestigio, expectativas, entre otros. Esto desencadena inevitablemente una crisis.

Al respecto, la especialista en psicología en medicina reproductiva de IVI Buenos Aires, María Villamil aconseja: "Es fundamental contar con asistencia psicológica para trabajar los aspectos emocionales que están implicados en la búsqueda del bebé. Conectarse con el deseo y con lo que sí brinda la ciencia como oportunidad para poder cumplir ese deseo".

Por el otro lado, en cuanto a las donantes, es importante que también reciban apoyo psicológico para asegurarse de que conocen y consideran las complejidades psicosociales, emocionales y éticas que supone un proceso de donación.

En relación a la legislación sobre el proceso, la Dra. Cintia Granados, médica Ginecóloga de (IVI) aclara que "en Argentina está prohibido el carácter comercial de la donación, pero se admite una compensación económica para contrarrestar las molestias generadas durante el tratamiento, viáticos, lucro cesante y tiempo invertido. Y se agrega el beneficio del control y asesoramiento médico al realizar los estudios de sangre generales, serológicos y genéticos, además de estudios ecográficos sin ningún costo".

Para encontrar más información sobre la donación de óvulos, podés ingresar a este link.

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