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Análisis | Jennifer Aniston y Reese Witherspoon en The Morning Show

Jennifer Aniston y Reese Witherspoon peleean por un lugar en la TV, desde la ficción y desde la nueva plataforma de streaming de Apple. 

Análisis | Jennifer Aniston y Reese Witherspoon en The Morning Show

Apple TV+, el flamante sistema de streaming de la compañía de la manzanita, sale a la cancha con toda la intención de pelearle de igual a igual a otras plataformas como Netflix, aportando figuras y temas de calidad. Entre sus primeros estrenos figura “The Morning Show”, drama creado por Jay Carson, uno de los productores de “House of Cards”, y Kerry Ehrin (“Bates Motel”). Tomando como punto de partida el libro “Top of the Morning: Inside the Cutthroat World of Morning TV” de Brian Stelter, Carson nos introduce en el despiadado universo de los programas noticiosos matutinos y sus presentadores, tan relevantes para la cultura y la sociedad norteamericana.

Alex Levy (Jennifer Aniston) es una de estas afamadas reporteras, quien desde hace quince años co-conduce The Morning Show junto a su compañero Mitch Kessler (Steve Carell). Pero su carrera y su futuro en la emisora empiezan a peligrar cuando, de la noche a la mañana (literal), Kessler es despedido tras varias acusaciones de conducta indebida y acoso sexual.

El nuevo director de la cadena, Cory Ellison (Billy Crudup), no duda en aprovechar la oportunidad para encauzar el programa hacia nuevos horizontes con una perspectiva más fresca y humana; horizontes que ya no contemplan la presencia de Levy, pero sí a la impulsiva Bradley Jackson (Reese Witherspoon), corresponsal de un conservador noticiero de Virginia, cuyo carácter explosivo se hace viral tras una protesta de mineros.

De esta manera, “In the Dark Night of the Soul It’s Always 3:30 in the Morning”, primer episodio de esta temporada (ya tiene asegurada la segunda), nos mete de lleno en el competitivo mundo de la TV, donde las mujeres y las minorías siempre deben luchar un poquito más por el terreno ganado. De entrada queda bien claro que a Alex le importa poco y nada la sororidad o la reprochable conducta de su compañero, pero sabe que este ‘divorcio’ televisivo la deja muy mal parada a la hora de renegociar su contrato.

Se acabó el amor

Este es el drama que le toca atravesar a una mujer (de cierta edad) que supo cambiar la cara de la TV yanqui, pero cuyos ratings la están dejando afuera de una realidad que pide a gritos menos investigación y más entretenimiento. Este es uno de los planteos de Carson y Ehrin -responsables del guión- y de la directora Mimi Leder (“Impacto Profundo”), quienes nos muestran la cocina del show y la vida diaria de los involucrados.

Levy tiene sus aliados, pero cada vez menos poder e influencia ante las decisiones de Ellison, aunque también puede llegar a combatir fuego con fuego utilizando las mismas armas con las que intentan amenazar su futuro. Ahí es cuando entra en escena la no tan inocente Bradley, quien de entrada entiende que es un peón de este juego.   

La elejida

El tercero en discordia sigue siendo Mitch, quien a pesar de haberlo perdido todo -su trabajo, su carrera y su matrimonio- se percibe inocente y piensa dar pelea. El presentador se cree un daño colateral en la era del #MeToo, un ‘pillo’ amparado durante años en el consentimiento, hasta que las víctimas decidieron empezar a hablar.    

A lo largo de sus primeros dos episodios, “The Morning Show” logra sentar las bases del conflicto y, sobre todo, estos temas tan coyunturales. Acá no importa tanto el hecho delictivo en sí (lamentablemente), sino como la cadena reacciona y empieza a reparar los daños, al mismo tiempo que busca explotar el dolor de las mujeres que sufrieron a manos de Kessler en busca de unos puntos más de audiencia. Nada que no se haya visto en ficciones como “Detrás de las Noticias” (Broadcast News, 1987), pero la mirada actual sobre la prensa, las fake news y la ética periodística resultan de lo más interesante.

Encuentros cercanos 

También el lugar que ocupan estas mujeres y aquellos que venderían a su abuela por ocupar su lugar. La amalgama funciona y se hace llevadera, aunque muchas veces se detenga una y otra vez en los mismos detalles estancando el ritmo de una trama que es muy clara en sus conceptos y argumentos. “The Morning Show” brilla más por su elenco y su calidad, aunque el conjunto no impacte.

A Apple le toca lidiar con una vara demasiado alta y hace su mejor esfuerzo. Logra atrapar al espectador en este segundo episodio donde todos los jugadores ya empiezan a mostrar sus cartas, aunque el conflicto se vuelva impredecible. El trío Aniston, Witherspoon y Carell bien vale la inversión de nuestro tiempo, más allá de que los episodios podrían duran un poquito menos.

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