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Crítica | Stranger Things S03E05

La cosa se pone sangrienta y viscosa, pero todo comienza a cobrar sentido entre los protagonistas: de alguna manera, el Desuellamentes está entre nosotros.    

Crítica | Stranger Things S03E05

ACLARACIÓN: Está reseña contiene spoilers de la tercera temporada de Stranger Things.

Uta Briesewitz es una directora de fotografía devenida en realizadora responsable de, por ejemplo, el mejor episodio de “Westworld”: “Kiksuya” (2018). Después de pasar por varias series de Netflix como “Jessica Jones” y “Orange Is the New Black”, aterriza en la creación de los hermanos Duffer, sumando uno de los momentos más terroríficos de la temporada (y del show), hasta la fecha.

A esta tercera entrega de StrangerThings le venía faltando ese toque de gore y oscuridad al que siempre estuvo asociada, sobre todo desde un arranque más ingenuo y juvenil que se decidió por lo caricaturesco y los arquetipos, algo que choca bastante cuando la serie intenta ponerse más solemne y emotiva. A veces funciona, otras no tanto, pero el conjunto sigue siendo positivo, sobre todo durante “Chapter Five: The Flayed”, un capítulo donde empiezan a convergir todas las tramas para darnos ese panorama general de la amenaza que deben afrontar nuestros protagonistas.

Ya quedó claro que la “resistencia” viene desde tres frentes bien diferenciados. Después de atestiguar los ataques de la señora Driscoll, y conectarlos con los de Will el año anterior, Nancy empieza a preocuparse por el bienestar del jovencito y se reagrupa con Jonathan y los demás para confirmar que todos están en la misma sintonía. Así determinan que lo de la anciana y lo de Billy no deben ser incidentes aislados, y que seguramente hay otras víctimas bajo el control del Mind Flayer como Heather y Tom Holloway.

Eleven tiene sus propios métodos para encontrar respuestas

Hasta allí -la casa del director del periódico-, se dirige la pandilla para corroborar sus teorías y descubrir que el matrimonio también forma parte de estos “desollados mentales” que actúan en conjunto bajo la influencia del monstruo del Upside Down. Tratar de combatirlos parece infructuoso, por eso deciden ir hasta la fuente del caos. La idea es dejar que la señora Driscoll los lleve derechito hasta la guarida de la bestia, un viajecito al hospital que se convierte en una verdadera pesadilla.

Ahí es cuando Briesewitz saca a relucir esas referencias al cine de JohnCarpenter que tanto se extrañaban, sobre todo en esas violentas y grotescas escenas del hospital entre Jonathan, Nancy el poseído Tom y Bruce en yunta, cuyos “restos” (o lo que sean esas babas) se transforman en una nueva y aterradora criatura. Las reglas del “otro lado” siguen cambiando, demostrando que esta vez será necesario una fuerza mayor a los poderes de Eleven para mantener al Mind Flayer a raya. Si todo esto les recuerda un poquito a “El Enigma de Otro Mundo” (The Thing, 1982), no es coincidencia, sino un hermoso homenaje de la directora hacia el genio del terror independiente.

También resulta un cambio agradable para la trama, que decide dejar de lado los bichitos simpáticos y cariñosos como D'Artagnan (la “mascota” de Dustin en la segunda temporada), para presentarnos los verdaderos peligros del Upside Down, que ahora suma a este ejercito de “desollados”. Mención aparte merecen los efectos especiales de esta temporada, siempre dando en el clavo y en el tono justo, aunque el resto de la escena no nos acompañe.

Hay todo un mundo debajo del centro comercial 

Hablamos del Terminator que se suma al bando de los malos, ese clon de Schwarzenegger imparable conocido como Grigori (Andrey Ivchenko), el matón que tuvo su encontronazo con Hopper en los laboratorios de Hawkins, y ahora le sigue los pasos tras haber sido alertado por el alcalde. Jim y Joyce siguen indagando en las propiedades abandonadas hasta que dan con una instalación secreta al mando de Alexei (Alec Utgoff), el científico ruso responsable de volver a abrir el Portal. Piñas van, piñas viene, y al final la pareja logra escapar, llevándose al doctor con ellos.     

Como Alexei sólo habla en su idioma natal, Jim y Joyce deciden contactar a un viejo conocido de la serie (Murray Bauman) que los puede ayudar en la comunicación. Bauman (Brett Gelman) es el detective privado contratado por los Holland para investigar la desaparición de Barb, un paranoico caricaturesco que no sabemos cuánto puede aportar. Mientras tanto, Grigori los sigue de cerca, porque no es cuestión de dejar cabos sueltos.

Este más que extraño personaje y las aventuras de Dustin, Steve, Robin y Erica en las profundidades del Starcourt, son lo que más desentona dentro del episodio, pero esta es la tercera arista de la historia que nos lleva al centro mismo problema. Todo se conecta con el centro comercial, cuyas extrañas encierran las instalaciones científicas rusas que intentan abrir el portal hacia el otro lado, a toda costa. Ahí, entre guardias muy armados, científicos y empleados que mueven cajas de acá para allá, tenemos a este cuarteto de jóvenes héroes tratando de llegar a la sala de comunicaciones para darles aviso a sus compañeros.

Las intenciones de los rusos salen a la luz

Este es el panorama que nos deja “The Flayed”, un episodio bien llevado y con muchísima acción y revelaciones (más para los protagonistas que para el público que puede deducir mucho mejor), que termina de acomodar las cosas antes de que empiece el recorrido final, con enfrentamiento incluido. Lo mejor de la temporada sigue siendo la dinámica del grupo y como cada uno de los personajes logra su momento para brillar, corriendo a Eleven del centro de la escena.  

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