No todo lo que brilla es oro cuando se trata del streamer más popular. Hace unos días nos desayunamos con la noticia ¿apocalíptica? de que, por primera vez en ocho años de crecimiento continuo, el nivel de suscriptores de Netflix en los Estados Unidos empezó a caer, provocando un poco de pánico entre los accionistas. La compañía tenía pronosticada una alza de 300 mil abonados durante el segundo trimestre del año (período que va entre abril y junio), pero en cambio vio partir unos 130 mil hogares que decidieron dar de baja el servicio. Por suerte, el crecimiento internacional sumó unos 2.7 millones de consumidores, acumulando una base global de 151 millones de bocas.

Pero esto no calmó los nervios de los inversores que esperaban ganar, al menos, cinco millones más de suscriptores en este mismo plazo. ¿Las razones de esta debacle? Por un lado, se la achacan a la suba de los precios en USA (alrededor de un 18%), pero también al hecho de que no hubo grandes propuestas que atrajeran a nuevo público, más allá de que estrenos como “Our Planet”, “Dead to Me”, “Así Nos Ven” (When They See Us), y películas originales como “Murder Mystery” y “Always Be My Maybe”, juntaron un montón de visualizaciones.

Las cabezas de la gran N tampoco creen que se deba a la futura proliferación de otras plataformas on demand, ya que todavía no ven un panorama fuertemente competitivo. Sin embargo, los consumidores pronto van a tener mucho más para elegir entre Apple, Disney+ y HBO Max, como para nombrar algunos servicios que sí pueden hacer la diferencia en sus alicaídos números.

Ahora, apenas unos días después del anuncio de esta caída, los accionistas ya empezaron a tomar cartas en el asunto, o sea, medidas legales. Traducido: demandar a la compañía. Desde el lunes, al menos, dos litigios se iniciaron en California con referencia a este tema, ambos alegando que Netflix violó las regulaciones de la SEC (Comisión de Bolsa y Valores) al no revelar información sobre el déficit del segundo trimestre, lo que precipitó una caída del 13% en el precio de las acciones de la empresa. Que quede claro que, acá, nadie pierde plata, sino que ganan menos.

Una de las demandas, presentada en nombre del accionista Johan Wallerstein y otros, nombra a la compañía, así como al CEO Reed Hasting y al Oficial Principal de Finanzas Spencer Neumann como acusados, citando: “Sabían que los documentos públicos y las declaraciones emitidas o difundidas en nombre de la compañía eran materialmente falsas y engañosas”, lo cual viola las leyes tributarias de EE. UU.

Por ahora, Netflix no emitió comentarios sobre las demandas, pero a todos nos llama la atención la rapidez con la que actuaron los inversionistas tras conocer los reportes de ganancias. ¿La policía sabía que asuntos internos les tendía una trampa?

Veremos cómo sigue esta historia. Tal vez, hasta podría convertirse en una película original de la N roja.