Ir al contenido
Logo
Cine y series #Cine#Lumière

El cine cumple 124 años: cómo fue la primera proyección de los Lumière

Si nos guiamos por patentes registradas y acontecimientos que marcaron la historia culturalmente, a los hermanos Lumière les debemos estos 124 años de magia cinematográfica.

El cine cumple 124 años: cómo fue la primera proyección de los Lumière

El cine es arte, es entretenimiento y es una industria millonaria, pero nació como algo mucho menos ‘glamoroso’: un adelanto tecnológico a cargo de Auguste Marie Louis Nicolas y Louis Jean Lumière, dos hermanos franceses nacidos en Besançon que, tras trabajar en el taller fotográfico de su papá, decidieron ir un poco más allá y experimentar con las imágenes en movimiento. No inventaron nada per se, pero ahondaron (y patentaron) en varios procedimientos a partir del kinetoscopio de Thomas Edison y otros aparatos preexistentes, una ardua tarea que dio como resultado el llamado cinematógrafo: un artefacto que servía tanto como cámara y proyector, basado en el efecto de la persistencia retiniana (la capacidad del ojo humano para captar las imágenes en movimiento, de ahí lo de 24 cuadros por segundo, aunque la de los Lumière era mucho menor).  

El invento fue patentado el 13 de febrero de 1895, mismo año en que filmaron “Salida de los Obreros de la Fábrica Lumière en Lyon Monplaisir” (La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir), un corto de 46 segundos de duración que tenía muy poco de ‘artístico’ y mucho de ‘científico’, pero era el documento definitivo para presentarlo en sociedad, literalmente, en la Société d'Encouragement à l'Industrie Nacional en París. Tras varios de estos eventos, el cinematógrafo de los Lumière debía pasar la prueba de fuego con el público no iniciado, por eso decidieron hacer una exhibición comercial de sus primeras películas.

La velada se llevó a cabo el 28 de diciembre de 1895 en el Salon indien du Grand Café, ubicado en el nº14 del Bulevar de las Capuchinas en el IX Distrito de París (actualmente, el Café Lumière del Hotel Scribe), un sótano donde asistieron 33 espectadores, los primeros testigos de este séptimo arte que empezaba a nacer, de entrada en carácter documental, reflejando la vida cotidiana de la sociedad francesa a finales del siglo XIX.

Ese día se proyectaron diez cortometrajes de entre 38 y 49 segundos, entre ellos “L'Arroseur Arrosé” (El Regador Regado), para muchos, el germen primitivo de la comedia con elementos de slapstick. El programa de la primera función comercial cinematográfica de la historia, o al menos la que quedó registrada en los anales -en realidad, fue la segunda, ya que la primera tuvo lugar el 1° de Noviembre de ese mismo año a cargo de Max Sklandausky en el Wintergarten de Berlín-, fue el siguiente:

- La Sortie de l'usine Lumière à Lyon (La salida de la fábrica Lumière en Lyon)

- La Voltige (El volteo)

- La Pêche aux poissons rouges (La pesca de los peces rojos)

- Le Débarquement du congrès de photographie à Lyon (La llegada al congreso de fotografía en Lyon)

- Les Forgerons (Los herreros)

- L'Arroseur arrosé (El regador regado)

- Le Repas de bébé (La comida del bebé)

- Le Saut à la couverture (El manteo)

- La Place des Cordeliers à Lyon (La Plaza des Cordeliers en Lyon)

- La Mer (Baignade en mer) (El mar, baño en el mar)

Bienvenidos al tren

Con “La Llegada del Tren a la Estación de la Ciotat” (L'Arrivée d'un Train en Gare de la Ciotat, 1985), los hermanos Lumière sumaron recursos como el travelling inverso que permite apreciar la profundidad de campo. También experimentaron con trucos en cámara y el montaje primigenio, elementos de ese lenguaje cinematográfico que empezaría a tomar forma definitiva, según dicen, con “El Nacimiento de una Nación” (The Birth of a Nation, 1915) de D. W. Griffith.

La semilla del cine documental 

Pero si queremos hilar bien fino, el cine nació en un taller de Lyon, en la cabeza de estos dos hermanos que nunca se interesaron en las posibilidades económicas de su invento, más allá de la curiosidad científica. Les tocó a otros rescatar esta veta y llevarla a otro nivel, pero nadie les puede quitar a los Lumière el hallazgo y, sobre todo, la fascinación que crearon entre esos 33 espectadores asombrados por las imágenes en movimiento que aparecían en la pantalla. Espectadores no muy diferentes a nosotros, que nos seguimos maravillando con las historias que nos regala el séptimo arte.  

  • Cine
  • Lumière

Ultimas Noticias