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Cine y series #El rey leon#Kimba

¿Kimba o Simba? La polémica sobre el posible plagio de “El Rey León”

La nueva versión de "El Rey León" tiene muchas (demasiadas) similitudes con su hermana de 1994, pero esta esta nueva aventura de Simba, también vuelve a avivar una vieja polémica.  

¿Kimba o Simba? La polémica sobre el posible plagio de “El Rey León”

Cuando “El Rey León” (The Lion King” (1994) llegó a los cines en pleno ‘renacimiento’ animado de The Walt Disney Studios, la historia de Simba se convirtió en la película del año y en el éxito más grande de la compañía del ratón hasta ese momento. El relato shakesperiano de este rey de la sabana venía con la etiqueta de ser la primera película “original” del estudio, o sea, que no estaba basada en ningún material previo como sí era el caso de “La Sirenita” (The Little Mermaid, 1989) o “La Bella y la Bestia” (Beauty and the Beast, 1991).  

Príncipes dinamarqueses aparte, la ‘originalidad’ de “El Rey León” siempre estuvo en duda, sobre todo para aquellos familiarizados con “Janguru Taitei” o “Kimba, el León Blanco” (Kimba the White Lion) como se lo conoce por estas tierras… y muy poco en los Estados Unidos, aparentemente. La creación de Osamu Tezuka (el mismo de Astroboy) saltó a las pantallas japonesas en el año 1965, pero venía inundando las páginas del manga desde 1950.   

Parecidos y diferentes

Así y todo, los directores de la película de Disney -Roger Allers y Rob Minkoff- siempre negaron la relación de su Simba con Kimba (o Leo, en el original), más allá de las muchas similitudes que guardan ambos personajes y sus historias. Ojo, puede ser pura casualidad, pero acá no creemos mucho en las coincidencias. Ni “Los Simpson” pasaron por alto este asunto cuando en el episodio “Round Springfield” (1995), ese donde despedimos a Encías Sangrantes Murphy, Mufasa se cuela entre la nubes clamando: “Debes vengar mi muerte Kimba, ah, digo, Simba”. El chiste pudo haber pasado desapercibido para los espectadores menos avezados, pero no para aquellos fieles seguidores del felino blanco.    

El reciente estreno de la remake de “El Rey León” (2019) vuelve a avivar esta vieja controversia, demostrando -gracias a Internet y su infinidad de vídeos comparativos- que las semejanzas no se pueden dejar de lado. Volviendo el tiempo atrás, hasta Matthew Broderick -la voz de Simba versión 1994 y conocedor del original- llegó a creer, en cierto punto, que lo que estaban realizando era una versión yanqui de la obra de Tezuka. ¡Ups!

Simba y compañía se quedaron con el éxito

El llamado “Walt Disney de Japón” falleció en 1989, justo cuando Disney comenzaba a trabajar en la preproducción de “El Rey León”. Nadie puede asegurar con exactitud cuán reconocida era la obra de Tezuka en el país del Norte, pero suponemos que los animadores del estudio debían estar al tanto de las “tendencias de Oriente”. Allers aseguró no tener conocimiento del show hasta que su película estuvo casi completada, aunque pasó un tiempo trabajando y viviendo en Tokio durante la década del ochenta, cuando las nuevas aventuras de Kimba formaban parte del horario estelar. Más coincidencias.

Por su parte, Yoshihiro Shimizu -productor y animador de Tezuka Productions- siempre negó los rumores de que Disney había deslizado un chequecito para mantener las cosas a puertas cerradas. Tampoco se molestaron en comenzar acciones legales porque, digamos todo, ¿quién se le atreve a los abogados de tío Walt? Una empresa tan pequeña como la suya, nunca hubiera tenido chances contra la maquinaria de Hollywood y, al fin y al cabo, Leo o Kimba, seguía gozando de buena salud entre los seguidores japonés. Los mismos que hoy en día siguen reclamando alguna explicación por parte de Disney, en cuando al tremendo parecido entre ambas historias.

A Kimba no le gusta esto

Es imposible que los involucrados en la realización de “El Rey León” estuvieran ajenos a la existencia de Kimba. Incluso, muchos de los animadores afirman haber visto el show, pero defienden su terruño, remarcando que en cuanto a desarrollo de personajes, su punto de partida fue la mismísima “Bambi” (1942), otro suceso del estudio. Sabemos que, acá, no hay mucha discusión en cuanto al huevo y la gallina, pero como bien expresó Shimizu, esta es una guerra monetaria que no se pueden ganar. Pero, ¿qué pasa con la contienda intelectual y artística?

No queremos echar más leña al fuego (bah, en realidad, sí), pero vamos a dejar que juzguen un poco por ustedes mismos:

  • Revisando los primeros bocetos y arte conceptual del pequeño Simba, descubrimos que el leoncito aspirante a rey era bastante más blanco de cómo aparece en la película.  
Un Simba bebé demasiado blanco
  • La idea de la aparición de Mufasa entre las nubes, ya había hecho acto de presencia en la serie japonesa. Es más, algunos conceptos descartados mostraban la imagen fantasmal reflejada sobre la luna, una escena muy parecida a un episodio de “Janguru Taitei”.
Todas las nubes se parecen
  • La batalla final entre Simba y su tío Scar también tiene muchos puntos en común con el enfrentamiento que se da en un capítulo de 1966, entre Kimba y Claw. En esta secuela llamada “Janguru Taitei: Susumu Leo!”, el león blanco aparece en su versión adulta.  
Es el mismo coordinador de escenas de acción, ponele
  • “El Rey León” tiene a su sabio Rafiki, Kimba a Dan'l Baboon que, en realidad, también es un mandril afecto a pegarle bastonazos a las depredadores. El codirector Rob Minkoff se supo justificar observando que “cada vez que una historia se ambienta en África, no es raro tener personajes como un simio, un pájaro (por Zazu) o hienas”.
  • En Japón, a Kimba se lo conoce con el nombre de Leo. Cuando se exportó el animé a los Estados Unidos para traducirlo al inglés, los productores quisieron registrarlo con el nombre de ‘Simba’, pero no pudieron y cambiaron la ‘S’ por una ‘K’. Un año después, Disney tuvo mejor suerte con los registro de autor.
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