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"Santa Evita", la miniserie que reconstruye el mito de un cuerpo sin sepultura

Se estrenó la adaptación de la novela de Tomás Eloy Martínez que recrea el siniestro recorrido del cadáver embalsamado de Eva Duarte de Perón, convertido en un símbolo de poder, tanto para el peronismo como para sus opositores. Natalia Oreiro se pone en la piel de Eva, acompañada de un elenco notable y una finísima reconstrucción de época

"Santa Evita", la miniserie que reconstruye el mito de un cuerpo sin sepultura

Argentina, 1952. El 26 de julio de aquel año el pueblo llora la muerte de su primera dama, Eva Duarte, esposa del entonces presidente Juan Domingo Perón, quien fallece a sus 33 años producto de un cáncer de útero.

Del otro lado, el antiperonismo se regocija por la gran perdida de una ídola popular, una dirigente de masas que a pesar de su prematura muerte dejó un legado que aún persiste y resuena en la historia Argentina.

Es que tras su muerte Evita dejó de ser solo una líder política para pasar a ser una deidad popular, la abanderada de los humildes, la santa de los descamisados. Una figura anacrónica que a la luz del presente aún permite nuevas e infinitas lecturas.

Este martes, día en que se conmemora el 70° aniversario del fallecimiento de María Eva Duarte de Perón, llega a Star+ "Santa Evita", la serie que reconstruye en 7 capítulos de 45 minutos sus últimos días de vida. Especialmente el destino de su cuerpo, que fue embalsamado por órdenes de su esposo y entonces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón.

La serie se basa en la novela homónima del periodista y escritor Tomás Eloy Martínez quién recrea a partir de fuentes históricas y otros tantos elementos ficticios de su propia imaginación el largo camino que recorrió el cadáver de Eva, un cuerpo sin sepultura que resumió el odio hacia el peronismo.

Desde 1955, en pleno proceso de proscripción antiperonista, el cuerpo sin vida de Evita se convirtió en un trofeo de guerra para los sectores más conservadores y "oligarcas" de la sociedad argentina cuyo único propósito era desarmar el extenso y poderoso tejido que edificaron los dos gobiernos al mando del General Perón.

Ambientada entre las décadas del 50 y del 70, la historia recorre la vida de Eva desde su infancia en Los Toldos, su llegada a la Ciudad de Buenos Aires para cumplir el sueño de convertirse en una estrella del cine nacional, sus primeros trabajos como actriz, su encuentro con Perón en el Luna Park, su meteórico ascenso como líder popular y su repentina muerte.

En la historia aparece su madre Juana Ibarguren, su padre Juan Duarte, sus hermanos, su estilista, su casa de la infancia en la ciudad de Junín, el rodaje de su primera película "La carga de los valientes" en 1940, su compromiso con las causas sociales.

"Santa Evita" muestra a una Eva más humana y menos figura. Incluso, dentro de los primeros capítulos, son pocas las escenas en las que se la ve con vida o en sus apariciones públicas como líder política. La mayor parte de la historia recrea a Eva antes del peronismo y a Eva post peronismo, es decir, muerta y convertida en un símbolo.

El centro de la historia será el destino de su cadáver que fue robado por el golpe de la llamada Revolución Libertadora en 1955 y repetidamente apropiado por los líderes antiperonistas que se ensañaron con la falsa creencia de que profanando su cuerpo podrían invisibilizar su legado.

"No queremos que esa mujer se convierta en una santa, conviértala en una muerta como cualquier otra", le ordena uno de los militares que tomó el poder al siniestro Coronel Moori Koening (Ernesto Alterio), a quien le fue encomendada la misión de robar el cadáver de Eva.

Tres años después de su fallecimiento, su cuerpo embalsamado estaba cuidadosamente atesorado en la CGT al cuidado del doctor Pedro Ara Sarriá (Francesc Orella) el medico español al que se le encargó la monumental tarea de inmortalizar el cuerpo de "la jefa espiritual de la Nación".

Luego, la serie da un salto a 1971, año en que el periodista Mariano Vázquez (un personaje ficticio compuesto por Diego Velázquez que representaría la figura de Eloy Martínez) debe chequear un dato impactante: desde su exilio en Madrid, los militares contactan a Perón (Darío Grandinetti) para devolverle el cuerpo de su segundo esposa a modo de reconciliación.

Si bien el libro publicado en 1995 se apega bastante a los hechos verídicos que marcaron el destino del cuerpo de Evita, se permite varias licencias ficticias y de realismo mágico que condensan a los verdaderos nombres y sucesos que intervinieron en la operación que tuvo por objetivo eliminar a Eva Perón de la historia argentina, aún después de su muerte.

Eva y sus mujeres

"Santa Evita" es una foto de Argentina cuando las mujeres no podían votar, ni tener la patria potestad de sus hijos, ni divorciarse o poseer sus propios bienes. En ese contexto existió una mujer que impulsó derechos civiles y políticos y edificó un poder apenas comparable con el de su compañero.

Desde su muerte fueron decenas de figuras y actrices las que intentaron - con mayor o menor éxito - ponerse en la piel de Eva Perón: Madonna, Faye Dunaway, Nacha GuevaraEsther Goris, Flavia Palmiero, Christina Aguilera, Julieta Díaz, Laura Novoa, Christiane Krüger, Elena Roger, por mencionar algunas de la lista nacional e internacional.

La mayoría de las veces, dichas recreaciones artísticas de Evita enfatizaron su costado coqueto y "femenino" - definido desde las antípodas del feminismo - o su rol como primera dama y compañera de Perón, en lugar de su lucha como líder política. Hasta la historiografía pecó de llevar a cabo el mismo ejercicio.

En "Santa Evita" ese círculo se rompe para asistir a una de las interpretaciones más logradas que el mainstream hizo de Eva, en este caso, de la mano de la actriz uruguaya Natalia Oreiro quien no solo tuvo que recrearla vivo sino también muerta.

La serie dirigida por Rodrigo García y Alejandro Maci presenta una Eva Perón menos espectacularizada, más poderosa que bella, más militante que elegante, más luchadora que enojada.

Dicho esto, la adaptación de la novela de Eloy Martínez sí lava el ebullicionado contexto político de aquellos años de la Argentina en pos de la construcción de un thriller con varios elementos del cine policial negro.

En ese contexto, la reconstrucción de época en cuanto a vestuarios y ambientaciones es un aspecto sumamente logrado. La serie también da su lugar a las frases hechas y gorilas de ese entonces ("Qué viva el cáncer", "Al fin se murió la yegua") y suma imágenes reales rescatadas de documentales y materiales de archivo.

Eva fue una figura incómoda, odiada y maldita para muchos, aún después de su muerte. Para otros y otras fue una líder que en pocos años abrió caminos de igualdad y respeto para amplios sectores de la sociedad y las mujeres de su generación.

Una mujer a la que le fue otorgado su inmenso aporte como feminista varias décadas después, analizada bajo el prisma de los feminismos populares de la actualidad. Una niña que deseaba ser la mejor actriz argentina pero que logró mucho más que eso. Una mujer de carácter fuerte pero sensible y que hasta el último día fue la capitana de su pueblo.

"La flaca se va a descansar", repite Oreiro en una de sus primeras líneas, reproduciendo una frase que le atribuyen a la misma Evita en su lecho de muerte. Sin embargo, ese no sería el fin de la historia.

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