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Comida #Mar del plata#chegusán

Mar del Plata: guía infalible para salir de copas un fin de semana largo

Se respiran aires de cambios en la escena coctelera marplatense y estamos muy contentos con eso. Va una guía para que puedas exprimir al máximo los días que estés en la costa. 

Mar del Plata: guía infalible para salir de copas un fin de semana largo

Es una de las ciudades históricas de la costa atlántica Argentina, fundada en 1874 y usualmente asociada con el descanso familiar, la actividad cinéfila gracias al Festival de Cine de Mar del Plata, y también conocida como cuna vernácula del surf. Sin embargo, MDQ se consolida hoy además como epicentro gastrocultural costero, con una movida de bares especializados, espacios under, las primeras cafeterías de especialidad, bodegas al pie del océano y nuevas vinotecas, destilerías y la siempre omnipresente oferta cervecera. En esta nota te contamos un poco sobre la evolución de esta ciudad y armamos un mini circuito de experiencias bebibles para que lo compruebes con tus propios ojos.

Bares Tiki, una sana costumbre Marplatense

Don "The Beach" Comber, empresario, bon vivant y creador del café homónimo tuvo que viajar hasta la Polinesia para descubrir su amor por la cultura tiki, pero no te preocupes que vos no vas a  tener que cruzar todo el globo. Basta con acercarte a La Feliz, dónde el bartender Matías Merlo decidió fundar el primer bar tiki del Atlántico aprovechando los puntos de contacto entre esta cultura del Pacífico y los usos locales de nuestra ciudad costera. Con claras influencias de esta subcultura, que algunos consideran hasta un modo de vida, el Tiki Bar encuentra sus propias maneras de recibir al viajero y hacerlo sentir como en casa con una atención muy cálida. Para los que nunca han ido a un bar tiki, el ambiente playero con madera, caña y reminiscencias costeras es típico. En este caso hay tablas de surf customizadas, miniaturas pop y los geniales tiki mugs en los que se sirven los cócteles (realizados por artistas de MDQ)s

El equipo está encabezado por Juan Roda, bartender con muchísima experiencia. Roda también dirige la Escuela Tiki que funciona dentro del bar y en dónde se forman las nuevas generaciones de bartenders. Completan el mismo la carismática barmaid Florencia López y el joven Damian Silveira, salido precisamente de la escuela. En cuanto a la propuesta coctelera, aquí mandan los clásicos de playa como el mai tai, el mojito o las piñas coladas, más cócteles de autor tiki a base de variados rones, el leitmotiv de la coctelería tiki. Además cuentan con un negroni de la casa muy rico, por si no querés desviarte mucho e ir a lo seguro, y el #hotsummer, una gran caipi comunitaria que sale encendida, literalmente, y que es para compartir (las hay de 3 y 5L). Pero el highlight es sin dudas el Hedonista, el cóctel del Bacardy Legacy de Florencia López (Bacardi oro, dressing de manzana, almíbar de canela, bianco y jugo de lima), es para paladares osados que no le temen al mix agridulce de sabores en una copa. La comida acompaña sin decepcionar con delis a tono como quesadillas de queso azul, gambas al limón con salsa de Bloody Mary y rabas crocantes con alioli. Recomendamos sentarse en la barra para ver la acción bien de cerca.

Para seguir profundizando en la cultura coctelera siempre se puede visitar Makaos, que funciona casi como un lado B de Mar del Plata y es conocido por los gastronómicos de larga data. Creado en 1969 como antro marinero, ofrece un vistazo de las temporadas doradas de los 50’ y 60’ de esta ciudad. Si no le tenés miedo a lo kitsch podés darte una vuelta y pedir alguno de esos cócteles tradicionales ya olvidados y viajar un poco en el tiempo.

  • TIKI BAR Alem 3690
  • MAKAOS Boulevard Marítimo Peralta Ramos 3997

Una segunda oportunidad para el vino

La Champagnería

Mar del Plata se pone cada vez más foodie permitiendo la convivencia de propuestas clásicas y otras para nuevos públicos y paladares. El doble emprendimiento de Estefanía Ramos y su marido Mariano Basso parece aprovechar esta predisposición. En un barrio no tan céntrico (casualmente a cuadras del clásico marplatense Lo de Tata), abrió en diciembre La Champagnería, que vino a hacerle compañía a otro emprendimiento de la dupla, The Wine Bar. La osada apuesta, en una ciudad copada por la birra, rindió sus frutos con dos locales impecables de pies a cabeza, llevados adelante por jóvenes emprendedores con criterio. Inspirados por la costumbre de beber vinos espumosos en Europa, decidieron exportar el formato un tanto novel aquí: un lugar dedicado al vino y espumante acompañado por tapeos, ya sea como preludio a la cena o como programa en sí mismo. Un par de vueltas y esta esquina se ha convertido en un sitio acogedor e íntimo, con una selección de espumantes curada con esmero (se sirve cava, la denominación de origen española para espumosos elaborados por el método tradicional), incluyendo la bodega española Codorniú y su exquisito Anna Blanc de Blancs, que sirven por copa y en botella. También abren de día y suman aperitivos y café. Además tienen un reservado en la cava subterránea donde realizan actividades. Imperdible mimo.

The Wine Bar

Para muchos la escena del vino andaba necesitando aflojarse un poco la corbata para captar nuevos públicos. Por suerte, The Wine Bar vino a traer un ambiente descontracturado acorde al espíritu joven y moderno de sus dueños. El lugar está puesto con mucha onda en un galpón aggiornado, con dispensers, pizarras con la oferta por copa, iluminación tenue y hasta un patio con neón incluido. El espacio es arty con bellos murales sin abusar del recurso, y recuerda un poco a las primeras épocas del 878 gracias a la buena música y ambientación. Hay variedad de vinos con precios correctos, y se puede beber bien por $150 promedio la copa. Tienen hits como el Tinto Negro, Manos Negras, Animal y otras etiquetas boutique ya conocidas y consumidas por el público joven, pero también hay una sección de perlitas con variedad de botellas de Bodega Aleanna y Catena Zapata. Y atención, que también ofrecen una completa selección de whisky para cerrar la noche con una medida (tienen Scotch, Single malts, Bourbon y hasta whisky japonés). Nada mal para una vinoteca. Las bebidas se pueden acompañar con pequeños platitos, tortilla en su punto justo, remolachas fritas y crocantes, y empanadas de brócoli y muzzarella, entre los recomendados.

Bodega Costa y Pampa

Qué decir de Costa y Pampa, la bodega boutique (respaldada por Trapiche y grupo Peñaflor) que emulando el nuevo estilo de bodegas en Nueva Zelanda, Australia y California, tienen vinos marítimos, que se encuentran influenciados tanto por el suelo como por las condiciones climáticas, es decir, su terroir. Para los que estén por esta zona pasar a conocer esta encantadora finca con influencia marítima es casi un paseo obligado, mucho más si se tiene afición por las cepas blancas, y los vinos suaves con baja graduación alcohólica (12,5), sutiles y frescos. La bodega se encuentra a un par de km de la ciudad, comenzó en el 2009 y sacó al mercado sus primeras botellas recién en el 2014. Cuenta con unas pocas hectáreas donde se producen siete cepas y dos variedades de espumantes (Extra Brut y Rosé con método champenoise). Entre algunas de las cepas se pueden encontrar varietales blancos alemanes de bajísima producción, Albariño de Galicia y Portugal, pinot blanc, pinot meunier y pinot gris, y pinot noir.

No perdamos de vista que esta sigue siendo una bodega boutique (producen sólo 50.000L) y que casi el 50% es para exportación. Estamos hablando de un stock de botellas en cantidades reducidas, que reciben precisamente por las condiciones climáticas un cuidado excepcional y artesanal. Pensemos que la zona, a diferencia del resto del país donde se produce vino, tiene menos horas de sol y un exceso de precipitaciones y humedad, así como vientos profusos. En suma, si podés conseguirte alguna de estas botellas, guardala bien. Las visitas guiadas incluyen degustación y se realizan con reserva.
 

  • LA CHAMPAGNERIA San Lorenzo 2991
  • THE WINE BAR San Lorendo 2980
  • BODEGA COSTA Y PAMPA, TRAPICHE. KM16 Estancia Santa Isabel, Chapadmalal

Eclecticismo bebible: gin local, café de especialidad y clubes culturales

Club Tri

Un poco como espacio creativo y de encuentro social del famoso TRImarchi (la conferencia de diseño que se organiza todos los años en MDQ), y otro poco por su valor en sí mismo, este interesante reducto ofrece una opción diferente para los que prefieren un programa cultural. Suele tener una interesante curación (conciertos, charlas, jazz sessions, etc) y también, diseño con una ambientación muy atractiva y bien millennial aunque suene mal decirlo: ping pong, neón, fichines, juegos de mesa (desde el Monopoly al Carrera de Mente) y cócteles. Casi casi que es como el Café San Bernardo pero más cool. La barra auspiciada por Cynar ofrece mayormente aperitivos, pero también hay variedad de birras artesanales locales. La comida, punto en donde fallan la mayoría de los centros culturales, nos sorprendió gratamente con ricas hamburguesas a precios ganadores (combo de hamburguesa+birra $250 pesos). El valor agregado para los curiosos es chusmear las paredes repletas de obras de artistas gráficos locales y de afuera que han pasado por Trimarchi, incluyendo un mural de Martín Kazanietz (aka. Gordo Pelota). Sin dudas no hay mejor plan de domingo #bolsillofriendly en la ciudad.

Café Lobo

La Feliz no se podía quedar afuera de la movida del café de especialidad. Así que también hay cafeterías nuevas en la ciudad. Una de ellas es LOBO, una pequeña cafetería boutique con aires nórdicos y bien minimales, que sirve rico flat white e invita a sentarse en las mesitas bañadas en sol y brisa marina de la vereda. Allí se sirven espressos, americanos, capus y lattes con una pastelería lista para el pornfood en Instagram (el carrot cake es diez puntos). Está atendida por sus dueños, hay música, libros y diarios y hasta tuvimos el placer de encontrarnos con café de Ninina tostado por Agus Román, entre algunas de las variedades con las que están experimentando. También hay almuerzos y brunch y atenti a los ciclos que organizan.

Somos Tri Tri

Y si la dupla choripan + gin tonic ya había probado su efectividad en BA, ahora Mardel tiene una opción para no quedarse con las ganas. Club Tri Tri ofrece precisamente eso, abundantes choripanes y drinks varios. A las opciones de siempre como la cerveza y el vino se le suman aperitivos (vermut de la casa), pineral julepes, negronis, gin tonics (con Bombay), y una sanísima costumbre: sidra tirada fresquita y con limón (tienen 1888). Los choripanes vienen en tamaños descomunales (si bien deberían perfeccionar el pan y trabajar un poco más en los condimentos) con papas, hay ensaladas (papa y huevo, repollo y manzana o ensalada del día), y de postre cuartirolo y batata o frutas de verano para no quedarse con ganas de dulce. Todo en un ambiente relajado y muy agradable que emula los diners norteamericanos de los 50s (barra alta, azulejos, banquetas de cuero, lámparas circulares, neón), pero que también, hay que decirlo, se inspira en exitosas franquicias locales como Chori. Es autoservicio, para pasar, comer y volar.
 

  • CLUB TRI. 20 de Septiembre 2650
  • LOBO CAFE. Gral. Roca 1244
  • SOMOS TRITRI. Olavarría 2899
  • Mar del plata
  • chegusán

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