El único futbolista argentino en ganar dos mundiales con la Selección, Daniel Passarella, está sufriendo una compleja enfermedad neurodegenerativa que le impide ubicarse en el tiempo y en el espacio y también le causa secuelas físicas.

El exentrenador de 69 años "no es más el Passarella que conocimos", confesó un amigo que decidió preservar su identidad en una entrevista con el diario Olé, donde sentenció: "Ahora es otro Daniel".

De este modo, "sufre hoy un proceso de deterioro cognitivo similar al que vivió su papá", según indicó, y actualmente el expresidente de River no puede salir solo de su casa y que sus escasas salidas sean en las cercanías de su hogar en Lomas de San Isidro.

Además, desde su entorno confirmaron que con la enfermedad "ya no sólo no podría dedicarse a la dirección técnica de un equipo de fútbol, sino que tampoco podría administrar los bienes de su propiedad", lo que llevó a su hijo menor a analizar la posibilidad de mudarse cerca del bicampeón mundial.

A casi una década de su último acercamiento al fútbol profesional, cuando dejó la presidencia de River, el histórico defensor tampoco volvió a trabajar como entrenador, dado que su último paso fue en la temporada 2006-2007, también en el Millonario. Sin embargo, en los últimos meses se rumoreó la posibilidad de volver al ruedo con ofertas de clubes de China, Qatar y Arabia Saudita.

Ante este nuevo panorama, "no podría haberse hecho cargo de ningún trabajo", ya que comenzó a alterar su vida. Los síntomas habrían comenzado desde hace tres años y no son  permanentes, aunque sí cada vez más frecuentes. La última aparición pública del "Kaiser" fue cuando se acercó a despedir los restos de Alejandro Sabella, quien fue su ayudante de campo en sus etapas como entrenador, en diciembre de 2020.