Aunque en el Xeneize se mantuvieron modestos frente a un panorama que tenía al Millonario con mayores chances de consagrarse, también se habían preparado para los posibles festejos.
Por eso, apenas se definió la historia, cotillón, bombos y espuma comenzaron a desfilar entre los jugadores, que armaron su festejo dentro del campo de juego. Festejos que, claro está, se trasladaron hacia adentro del vestuario y al Obelisco, el clásico punto de encuentro de los hinchas cada vez que hay un nuevo título para celebrar.