Diego Schwartzman volvió a los Estados Unidos luego de su presentación en la Copa Davis en Argentina y tomó envión para un tramo final de la temporada en la que todavía hay por delante grandes desafíos, entre los que se encuentra el de volver al Top 10, lugar que perdió en un año irregular.

Así, con la confianza y el buen desempeño, llegó a Indian Wells para un nuevo Masters 1000 que empezó con momentos incómodos, pero que sacó adelante hasta llegar al duelo con Casper Ruud, el joven noruego que es el más ganador del año en el circuito, y brilló para dejarlo afuera en set corridos.

El resultado final fue de 6-3 y 6-3 en favor del "Peque" Schwartzman, que aprovechó las oportunidades de quiebre y se quedó en cuatro oportunidades con el servicio del rival. En el primer parcial no sufrió contrapuntos y el inicio del segundo lo tuvo por debajo en el marcador pero sacó adelante un gran nivel.

El segundo saque de Diego fue determinante en el marcador, ya que ganó el 72% de los puntos, mientras que el rival estuvo por debajo en todos los porcentajes como sacador. Ahí, el porteño encontró la clave para romper el maleficio de dos derrotas consecutivas ante Ruud, pero sigue por delante en el historial por 5-2.

Ahora, esperará por el ganador del cruce entre el local Tommy Paul y el británico Cameron Norrie (21° del mundo) en un cruce pensando en semifinales e intentando continuar con su mejor andar en un Masters 1000 sobre cemento, ya que en polvo de ladrillo fue finalista en Roma en 2020.