El 29 de mayo es la fecha en la que se dará a conocer al nuevo campéon de la Champions League. Por un lado, los de Guardiola buscan el primer título de su historia, mientras que los de Tuchel quieren repetir la hazaña de 2012 y quedarse con la segunda consagración, en una definición que parecía estar definida pero ahora entró en dudas.

Antes de que se definan a los finalistas, se empezó a gestar un rumor: si pasan los clubes ingleses, Gran Bretaña presionará para cambiar la sede. Finalmente, el destino quiso que Manchester City y Chelsea lleguen a dicho encuentro y el gobierno local empezó con sus mecanismos de seducción y apuros.

El plan es que la final de la Champions League se juege con público, pero en Turquía la situación es delicada, como en gran parte dle mundo. Por eso, Inglaterra lo tiene como uno de los países donde no hay tránsito aéreo, por lo que los hinchas no podrán dejar el país para el duelo en Estambul.

Lo escandaloso de la situación es que el ministro de Transporte, Grant Shapps, anunció en la última conferencia de prensa que el gobierno británico "ha tenido que poner a Turquía en la lista roja". Así, buscarán generar un acuerdo para que sean sedes del duelo que reúne a dos equipos locales y facilitar la organización.

"Estamos abiertos a acoger la final, pero es decisión de la UEFA dado que hay dos clubes ingleses, estamos expectantes por ver qué tiene que decir", manifestó el funcionario. Para el ente europeo la situación es un conflicto en puerta por varios motivos, en especial por lo económico.

Por un lado, Estambul iba a organizar la final de 2020, pero la pandemia llevó a un mini torneo en Portugal, donde se consagró Bayern Munich, modificarlo de nuevo sería una complicación y disputa con las autorides turcas, que tendrían que luchar por la final de 2022, y algún beneficio extra.

Del otro, Inglaterra tiene planeado habilitar la presencia de público en los estadios a partir del 19 de mayo y ya se realizó una prueba en Wembley para la final de la Copa de la Liga. Esto permitirá ver un aforo con 30.000 hinchas, aproximadamente, y reducir el traslado a un tren o vehículo particular.

Mientras se sentenció el capítulo de la Superliga Europea, situación que involucró a Manchetser City y a Chelsea, la UEFA analiza si es suficiente premiar a estos equipos con la presencia de los aficionados, que han sido fundamentales para que no avance la propuesta multimillonaria de Florentino Pérez.

Restan pocas semanas para el duelo y todo es una incógnita. Los clubes y la federación inglesa presionarán y harán su parte, en UEFA saben que la imagen es muy importante pero Turquía queda varada por segunda temporada consecutiva. La decisión pesa por el presidente Aleksander Ceferin y su comité, pero el tiempo apremia.