Nada alcanza. No alcanzan las palabras. No alcanzan las fotografías. No alcanzan las ofrendas. No alcanzan las flores. No alcanzan las lágrimas. Nada parece ser suficiente para despedir a Diego Armando Maradona, que falleció a los 60 años.
Nada parece alcanzar en Argentina, donde una multitud pasó la noche, amaneció y continúa apostada en la Casa Rosada para tratar de despedirse de su ídolo. Y nada parece alcanzar en Nápoles, la otra tierra sagrada de Maradona, que horas antes del partido entre Nápoli y Rijeka por la Europa League (comenzará a las 17.00 de la Argentina), regala imágenes que quedarán grabadas para toda la vida.
Miles de hinchas encendieron antorchas y se congregaron en las inmediaciones del estadio San Paolo -que será bautizado como Diego Armando Maradona- para rendirse a los pies de su héroe.