En Rayan, se daba el partido más atractivo de la primera etapa del Mundial de Clubes en donde Palmeiras y Tigres de Monterrey se cruzaban en una semifinal en la que se podía dar cualquier resultado, a partir de los últimos partidos del conjunto brasilero y el buen momento de los de Tuca Ferreti.
Desde el arranque, la presión de los mexicanos se iba a imponer e iba a dominar el primer partido desde todos los aspectos, con la única excepción de no poder ponerse arriba en el marcador por culpa de la gran actuación de Weverton, el conjunto del verde paulista, una de las figuras del encuentro.
En el comienzo de la segunda mitad, sin embargo, iba a llegar la apertura del marcador con un nuevo tanto del goleador. González recibió infracción de Luan en el área y desde los 12 pasos Gignac marcó el único tanto del partido con el que iba a meter por primera vez en la historia a un club de la Concacaf en la final del Mundial de Clubes.
Con tres tantos en dos partidos, el francés se convirtió en el goleador del certamen y espera por el ganador de Bayern Munich o Al Ahly, que definirán el siguiente boleto. En caso de ser el conjunto de Egipto habrá un nuevo campeón de otro continente que no sea de Sudamérica o Europa.