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Andy Clar sorprende con su libro "Bailar acostada": "En este libro dejo un poco el glamour de New York y voy a fondo"

La empresaria  y emprendedora presenta su nueva, y más personal obra, donde nos introduce en su maravillosa mirada hacia el mundo externo, pero por sobre todo al interno.

Andy Clar sorprende con su libro "Bailar acostada": "En este libro dejo un poco el glamour de New York y voy a fondo"

“Qué gris se ve el cielo. ¿Por qué me lo están tapando? Estoy tirada en la mitad de una avenida y veo personas como sombras que se acercan a mí, gritan, hablan entre ellas, con caras de pánico piden un médico. Y me tapan el cielo. Empieza a lloviznar, las gotas son tan finitas, tan delicadas, hay tanta niebla que me pregunto si todo esto será un sueño”, así arranca “Bailar acostada”, el tercer libro de Andy Clar, pero el primero en donde vemos de lleno su mundo interior, literal.

Foto| Emanuel Combin

Pero su historia, que bien podría tomarse como una tragedia, estas en las antípodas de un verso Shakespiriano, ya que aún en los momentos más “nublados” Andy consigue su rayito de sol para compartir con sus lectores: “En este libro yo voy a fondo no me guardo nada, cuento que estuve en pañales, que mis amigas me sacaban los piojos, y todo el glamour de New York olvídate”, dice en una charla que tuvimos en exclusiva para Filo.News  donde, a modo de introducción le pregunté cómo fue el proceso de escribir este libro.

“La verdad es que el proceso fue bastante complejo porque fue también como aprender a conocerme, investigar en mí misma, porque incluso cuando una hace terapia intenta ver como es desde el principio al fin cada una de las situaciones. Pero la verdad que yo para poder contar mi historia, y que tenga como una lógica, me tuve que poner a investigar con mi madre, con mi familia, con mis amigos ` ¿Y esto cómo fue?  ¿Y qué paso antes? o ¿cómo se desarrolló?`", describe. 

Y amplía:  "Fue todo muy difícil, y muy complejo para escribirlo, y cada una de esas veces era como una terapia intensiva, pero psicológica”, asegura al tiempo que me cuenta las cosas que fue redescubriendo de su propia historia o la carga emocional que atravesó tras revivir aquellas situaciones dolorosas, sin el “casete” que en algún momento usó para contar por ejemplo, el accidente.

Foto| Emanuel Combin

Ese que marcó su vida a los 23 años cuando volvía caminando del trabajo, por la Avenida Gaona, del barrio Caballito, y un colectivo pasó con el semáforo en rojo y la atropelló. Andy tuvo seis fracturas de cadera, seis de pelvis, una de costilla, una de vértebra, el fémur entero expuesto, la rodilla, los tobillos, todos los dedos de los pies rotos y un diagnostico en el cual los médicos le aseguraron que no iba a poder volver a caminar.

“Había mucho proceso en el medio de asimilar todo lo que yo estaba entendiendo de mi propia vida y una conexión de lugares que yo tenía armadito con un moño, como que ponía play y salía, por ejemplo lo del accidente que yo lo contaba como muy por arriba, ` bueno me piso un colectivo, me paso por arriba` y era medio un casete que lo contaba de determinada manera. Y siempre sabiendo que eso era un 2% de todo lo que yo había vivido”, comenta. Y agrega: “Me sentaba y escribía cuatro, cinco horas, sin parar y de repente no podía escribir más por dos semanas”, explica.

En esa aventura, que le costó más de un año tomar la decisión de volcarse de lleno, ya que mientras escribía su autobiografía, en plena pandemia, la salud le estaba jugando una mala pasada nuevamente. Pero ella ama jugar, y con la luminosidad que la enmarca atravesó dos operaciones nuevas, de las 12 que ya había tenido y su séptima hernia de disco, con los miedos a flor de piel y hurgando en los altibajos de su vida.

“El impulso más grande para escribir este libro lo tuve en pandemia, porque en pandemia me operaron dos veces de la columna. 25 años después del accidente, y si bien yo quedé con dolores de espalda y cosas, a mí nada me detiene. Pero cuando llegó la pandemia, mi hernia de disco número siete estalló. Mi columna es una bomba de tiempo y esta nueva hernia coincidió con la pandemia, con que yo no estaba haciendo nada, no me estaba moviendo. Y en ese momento me dije: `Voy a compartir esto` porque siempre comparto la alegría, los viajes y no todo es maravilloso”.

“Pero bueno cuando yo empiezo a hacer una especie de reality desde el hospital para mis redes, es porque soy así y me lo tomo todo con humor, pero lo cierto es que yo la estaba pasando muy mal, no solo porque el dolor era insoportable, sino porque tuve mucho miedo”, recuerda.

“Porque me dije ` ¿Otra vez esto? ¿Qué pasa y si no vuelvo a caminar?`. Y pasaron tres meses que fueron fatales, y en ese momento recibí de la gente mensajes tan increíbles, que me decían que si yo podía tomarme las cosas de esta manera, lo que les pasaba a ellas era una pavada, que lo que yo contaba las ayudaba a ir para adelante con otras cosas, y entre eso y que la editorial tenía un libro que escribí que se llama New York de película, pero que no salió porque no lo íbamos a sacar en pandemia, ya que no daba la gente se estaba muriendo y yo les iba a hablar de películas en Nueva York”, advierte con honestidad.

Foto| Andy Clar

Y rememora el pedido de aquel de entonces de la editorial: “Ahí me dijeron: ´ ya que no vamos a sacar este libro nos gustaría que retomemos la idea de una autobiografía`, ellos ya conocían mi historia, y me parece que es el momento ahora que tenés tiempo. Y yo al principio no quise saber nada. Me llevó como un año tomar la decisión”.

Sobre todo porque su última intervención fue poco antes de entregar el libro. No obstante, y como esas cosas que le suelen suceder en la vida, uno de los componentes que la ayudaron a tomar la decisión, certera por cierto, de escribir su biografía fue el hallazgo de un cuaderno que escribió poco después del accidente. Y que a pesar de los años, las múltiples mudanzas y viajes, estaba ahí aguardándola.

“Cuando me estaba recuperando que empecé a escribir, porque yo decía: “No me quiero olvidar de esto que me paso, porque la verdad con el tiempo te olvidas de muchas cosas. Y en ese momento me dije “yo no me tengo que olvidar de esto y aparte quizá alguna vez en mi vida escriba un libro”,  dice mientras se ríe de su propio destino y aclara:” Y me rio porque yo era la peor de la clase y no había posibilidades de que escribiera un libro, pero en ese momento pensé que quizá mi historia podía ayudar a alguien más”, se sorprende.

Y en esa misma línea agrega: “De todas maneras nunca me vas a ver bajando línea o tratando de dejarte un mensaje. Mi forma de ser tiene que ver con contarte lo que me pasó a mí, y si de ahí alguien lo toma y le puede servir, genial”.

“Y bueno encontré este cuaderno, más todo lo que investigue y tratando de que no sea un libro cronológico, que me parecía un bodrio que a nadie le iba a gustar, me parecía más rico, esto de ir y venir en el tiempo y de generar una relación con mis miedos pasados salió. Y aparte no solo hablo del accidente sino que cuento mis orígenes,  y destierro esto que por ahí la gente cree que vengo de una familia rica y nada que ver”, aclara.  

“Siempre supe que el accidente había llegado para enseñarme muchas cosas, pero terminé de entender que no solamente forjó mi personalidad, me ayudo a valorar muchísimas cosas que damos por sentadas”

Y vuelve a perderse entre los recuerdos: “Hasta el día de hoy que me acuerdo cuando la agarre de la mano a mi vieja mientras le preguntaba al médico si iba a poder caminar y él me dijo por séptima vez que ¡no! En ese momento, mientras mi mamá lloraba y yo iba por mi operación número siete, la agarré y le dije:` ¡Mamá no llores porque yo sé que voy a volver a caminar y lo voy a hacer por todas las ciudades del mundo!` Y ahí mi mama me miro como diciendo `ay esta chica está loca`, no solo porque en el hipotético caso de que me pudiera parar siquiera, no teníamos plata ni para irnos a Mar del Plata, vengo de una familia muy humilde. Entonces contar todo ese contraste, está bueno y también el desenlace es muy esperanzador” deja flotando en el aire.

Foto| Malvina Batiston

El resto está a la vista, y Andy no camina, vuela, crea, sueña, corre, baila y no se detiene y descubre que nada es azaroso y que su vida estaba predestinada a ser eso, que tímidamente soñaba a grandes escalas.

“Yo me acuerdo que de chica cantaba mucho con el secador de piso, o con algún objeto a mis cinco años y le preguntaba a mi mamá ¿Qué cantaba yo? Y en esa época el boom era New York, New York de Frank Sinatra y yo cantaba todo el día esa canción subida arriba de la mesa y quería que mi familia me aplauda. Y pienso qué locura como esa ciudad, después estuvo a lo largo de mi vida tan presente, de una manera que se iba a desarrollar después. Porque en ese momento, y por mucho tiempo la idea de viajar era imposible, no había forma", asegura. 

Y detalla: "La primera vez que viajé a New York tenía 26 años, y fue la primera vez que salía del país. Siempre supe que el accidente había llegado para enseñarme muchas cosas, pero terminé de entender que no solamente forjó mi personalidad, me ayudo a valorar muchísimas cosas que damos por sentadas. Sé que parece una frase hecha pero realmente es así, yo no podía levantarme ni para ir al baño, viví con sondas por mucho tiempo, después use pañales”, enumera sobre aquella época. 

“Creo que está bien resumido entre la tapa y la contratapa del libro, porque la tapa es mi cara maquillada, los pelos, ahí como tirada haciéndome la diva y la contratapa es un espinograma, que es el último espinograma que me hice tres días antes de que salga la impresión del libro. Y esa es mi otra parte. Lo otro es Chicas en New York, Chicas de viaje, como la parte exterior, y esto es mi mundo interior, literalmente interior, porque es mi cuerpo y también mis dolencias, mis miedos, mis inseguridades, todo eso que cuento es “Bailar Acostada”. Entonces si vos pones tapa y contratapa se arma el cuerpo entero, está pensado así, y esa soy yo. La tapa y la contratapa. Lo que se ve de mí, los viajes, Nueva York y mis huesos, mis dolencias y  no soy más ni una ni otra, soy ambas”, aseveró.

Foto| Cristian Collavo

Pero este libro, no solo habla del accidente, va mucho más a fondo y mientras surfeamos sus 167 páginas es casi imposible no identificarse con alguna de las Andy que se van desarrollando en el tiempo, la niña de origen humilde que no encajaba con los estándares de belleza por ser muy flaca, muy huesuda, muy bocona y a la que cargaban sus compañeros. La mujer que atravesó varios abortos, la relación con su madre y abuela y todos los temas de agenda que nos interpelan a las mujeres, acompañado del humor y tiñéndolo todo. Y ejemplo de ello son los numerosos mensajes que le llegan, tras leer el libro, de mujeres que agradecen que el compartir la experiencia y le comentan sus partes favoritas.

Sobre su actualidad nos cuenta: “Hoy vivo conectada con lo que pasa hoy, amo hacer planes ojo, pero de verdad me levanto a la mañana y por más que me sienta mal me digo ¡CAMINO! Y me lo repito a mí misma. O días en los que no tengo ningún dolor y festejo y mi marido me mira raro, porque la gente da por sentado eso, pero yo no.

Foto| Malvina Batiston

Ahora recientemente hicimos  Chicas en Argentina, que muestra partes de nuestro país pero con ojos de turista. Porque me paso que de diferentes empresas y demás, que me han llamado para que muestre ciudades de todas partes del mundo a mi manera, pero nunca de Argentina. 

Y bueno es una producción mía que realicé después de la pandemia, que todo estaba destruido, y sobre todo la parte turística. "Sentí que este era el momento y dije: ` voy a poner todo lo que aprendí y todo lo que viví afuera, mi capacidad de asombro, que no la pierdo nunca, en mostrar y poner mi pequeño granito de arena para dar a conocer todas las cosas maravillosas que tenemos en nuestro país que nadie muestra”, finaliza.

Bailar Acostada es el tercer libro de Andy Clar que ya podés conseguir haciendo clik en este enlace y donde vas a descubrir a una mujer cercana, que mientras soñada, cantaba y vivía, tuvo un accidente, que no solo no la detuvo, sino que la empujó a reafirmar que somos los que soñamos, aquí y ahora.

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