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La Lic.Cecilia Ce cuenta por qué es fundamental ponerle palabras a la sexualidad: "Lo que no se nombra no existe"

Hablamos con la sexóloga que bate récords en el teatro, llega a todas las edades con la información justa  y le da entidad a lo que no decimos. 

La Lic.Cecilia Ce cuenta por qué es fundamental ponerle palabras a la sexualidad: "Lo que no se nombra no existe"

La falta de información es uno de los principales problemas de la sexualidad en las personas y la Licenciada Cecilia Ce lo sabe, es por eso que desde hace tres años, luego de una década de clínica especializada en adicciones en el sistema de salud pública del conurbano, decidió dar un paso más, y formarse en la rama de la sexología. Y esa decisión fue un antes y un después en su vida, y en la de tantos a los que ayuda para llevar una sexualidad saludable.

Para iniciarnos en la charla que tuvimos con Cecilia en exclusiva para Filo.News, lo primero que conversamos fue cómo fueron sus inicios hasta llegar a la rama que hoy la llena de felicidad.

“La formación en sexología, que es un curso de postgrado de 18 meses, la hice hace relativamente poco y la termine en el 2017, después de 10 años de clínica yo soy psicóloga y trabajé mucho tiempo en el sistema público con casos muy graves. Eso me dio una apertura mental muy importante. Trabajé con adicciones, y en el sistema publicó en el conurbano, con lo cual tuve una experiencia muy dura, y a la vez muy hermosa. Y siempre con la facilidad de poder contemplar la sexualidad dentro de la dimensión del paciente, que a veces por tabúes, o por cuestiones personales, o lo que sea, el profesional mismo no lo puede abordar, no lo contempla, no lo pregunta, no se habla y para mí siempre fue una facilidad”, comienza contándonos acerca de cómo ella fue descubriéndose cerca de esta rama, impensada en sus inicios.

Al tiempo que menciona, que si bien, siempre abordó el tema de la sexualidad, se formó en otros modelos, que hoy la ayudan a tener una mayor llegada a  los temas que quiere poner sobre la mesa.

“Lo trabajé bastante porque mucho de las adicciones tienen que ver con cuestiones traumáticas y mucho abuso, como que siempre estuvo, y tardé, porque me formé en otras cosas. Hice un modelo sistémico que también tiene que ver con cómo comunico. El marco teórico de dónde vengo impacta mucho en mi forma. Y después del modelo sistémico, de la formación en adicciones, finalmente pude acomodarme para hacer la formación en sexología. Y ahí  fue un antes y un después. O sea yo pensaba que no era lo mío la psicología y cuando llegué a esto se despertó en mí una pasión. Me acuerdo que iba a estudiar y mi pareja me decía “nunca te vi tan contenta yendo a un lugar” estaba fascinada. Fue ahí empecé a atender en sexología, como pacientes solamente en esa área”, asegura.

Pero luego de las primeras consultas, y las subsiguientes, llegaría a ella la revelación tan simple, pero tan compleja a la vez, de entender la falta de herramientas e información que tenemos, y que quizás, con una o dos consultas, y el trato adecuado se solucionaba.

“Me pasaba esto de empezar a escuchar y sentir que todas las consultas eran similares y que con la información justa y certera se resolvía y listo. Y ahí me dije ¡Para hay que comunicar esto masivamente para que la gente lo resuelva sin tener que venir a una consulta! Era terrible que paguen una sesión para conseguir información”, advierte.

"Sabemos que la falta de ESI es terreno fértil para que entre la desinformación y haga desastres con la sexualidad"

Ya para adentrarnos en la problemática sexual, no tan enfocada en lo individual, sino en lo global charlamos sobre la sexualidad de los argentinos y las diferentes dificultades.

“Cada contexto sociocultural tiene una problemática sexual diferente. Entonces esto ya nos da una noción de cómo impacta. Uno dice la cabeza, los mandatos, y si, pero ¿y cómo se construyen? Con la desinformación, que a veces se da en los medios, con el consumo desproporcional de la pornografía, con los desastres que hace la pornografía en la percepción del sexo”, remarca y continua. “Con la ansiedad, con la pandemia, todo eso impacta”, asegura. “Sumado obviamente a la falta de información. Sabemos que la falta de ESI es terreno fértil para que entre la desinformación y haga desastres con la sexualidad”, explica.

Al principio de la nota aseguré que Cecilia era un fenómeno, en términos de éxito global, su llegada a los medios fue en línea directa al corazón y cabeza de millones de personas con las que hoy prefiere decir “somos una comunidad”.

Su paso por varios espacios de radio, actualmente lo hace en Perros de la Calle junto a Andy Kutznesoff, a la vez que sus tres libros, el más reciente “Vinculear”, precedido por “Carnaval toda la vida” y “Sexo ATR” la convirtieron en la sexóloga favorita de los jóvenes. Y reflejo de esto es el boom que sucede cada vez que se sube al escenario con su show “Beer & Sex Night”, donde si no te apuras es casi imposible conseguir una localidad.

“Yo amo el show, porque aparte de entretenerlos lo que doy es meramente información. Y lo hago desde el humor porque siento que es la manera más cercana para brindar las herramientas para una mejor sexualidad. Yo no soy una profesional solemne, no soy la academia, eso me aburre no me interesan esos espacios. A mí me interesa que la información le llegue a la gente y el humor desdramatiza, el humor sana, el humor abre la mente porque el otro se distiende, te escucha de otra manera, es un lugar muy sanador. Y además lo que hago arriba del escenario es un show. No es la consulta, aunque a veces en la consulta también utilizo el humor”.

"Mi lema como formación era la horizontalidad y hablar el lenguaje del otro y yo comunico desde ahí, no me subo a ningún peldaño".

Sin embargo, puntualizó que quizá sea justamente esa forma simple de comunicar, esa horizontalidad desde donde le gusta trabajar, es la que llamé tanto la atención.

“Y mi manera viene también un poco de mi formación en el modelo sistémico donde a mí una de las frases que se me grabó fue que dentro de la psicología hay escuelas que marcan el saber en el lugar del terapeuta y una simetría muy fuerte. Mi lema como formación era la horizontalidad y hablar el lenguaje del otro y yo comunico desde ahí, no me subo a ningún peldaño. Estamos en un mano a mano”.

Y en esa relación que genera con el público/audiencia deja sus huellas, es por eso que creo el término “Vinculear”, del que habla en su último libro que nació, como nacen las mejores cosas, de una necesidad.

De eso nos habló y dijo: “El término Vinculear nació justamente en la comunidad que tengo con la gente y desde la necesidad de poner en palabras, cuestiones que faltan. Y aquello que no se nombra no existe”, advierte  “y que nos hacen falta palabras en sexualidad porque siempre fue un tabú. Y que por ejemplo no exista el término Clete era una cuestión súper machista, necesitábamos un nombre copado para el sexo oral femenino para que las pibas lo pidan, para que se practique y bueno ahí nació clete que súper prendió… y por algo prendió”, asegura.

Y continúa: “Porque había un vacío ahí. Y el termino vinculear, que surge en mis shows, empezó como a crecer y a tomar más sentido. Yo creo que hoy el término vinculear es una necesidad, porque cambiaron las formas de relacionarnos, y no sabemos cómo decirnos, vos no decís mi pareja socio-afectiva, como lo llamamos, novio, chongo… bueno, ahí surgió el término para nombrar a esa otra persona con la que nos relacionamos sexual y afectivamente”.

¿Y porque nos cuesta tanto poner en palabras lo que nos gusta a la hora de tener sexo?, pregunté

“Primero yo creo que viene un cambio, pero que lo vamos a ver en mucho más tiempo. Y hay un cambio enorme por lo disponible que está la información, pero todavía no es cómoda. Nos falta el entrenamiento para primero saber qué nos gusta, y después encontrar las palabras para comunicárselo al otro. Tenemos una gran dificultad en la comunicación. Porque tenemos una dificultad en lo vincular, que deviene de la sociedad individualista que tenemos. No está este sentarse en la mesa, charlar con tus viejos, no está el dialogo instalado”, manifiesta.

Y analiza: “Si nos ponemos a pensar en el hoy, el tirarle onda a alguien es mandarle un fueguito en una historia, y a los dos emojis, te mandan una foto del miembro… Convengamos que no hay mucho dialogo en esa secuencia, que existe, y se practica todos los días en personas de todas las edades”, menciona.

En sus redes, donde tiene 1 millón de seguidores, realizó un posteo para el 8M en el cual muchas mujeres le comentaban el problema que tienen con su pareja por no cumplir con la demanda sexual del otro.

Esta cosa de “El humor de mi pareja depende de cuánto sexo tengamos en la semana, y termino haciéndolo por compromiso para que no se enoje”, y una vez más la culpa, que recae en la mujer que entiende que debe satisfacer a ese otro, sin importar su propio deseo, le llegan a modo de desahogo con historias, tristes y llenas de incomodidad.

Sobre eso quise abordarlo junto a ella y le pregunté qué tan frecuente es esto y qué le aconsejaría a ese hombre que se enoja y antepone su deseo por sobre su pareja.

“Bueno ahí es clave el mandato masculino, del macho cazador. El hombre, si analizamos la masculinidad como un hombre macho, que no tiene permitido las emociones, que no tiene permitido canalizar  de otra forma es un problema”.

“Esto es motivo de consulta frecuente entre las parejas. Y cuando yo le pregunto al hombre ¿si no tenés sexo qué otra forma tenés de canalizar tus emociones?, no tengo idea me dicen, y ante la repregunta de ¿haces otra cosa, deporte, algún hobby, algo? No. Es la tajante contestación”, describe para adentrarnos en el análisis de esta problemática.  

“Entonces empieza a ocupar la descarga sexual, porque es una descarga, no es un momento de conexión con tu pareja, que se vuelve una necesidad a otro nivel que lo vuelve una dependencia. Que otra vez, al no poner en palabras la situación, genera conflictos y situaciones poco agradables en la pareja”.

“Y es dependencia, porque si no lo tengo, me enojo, me frustro, me altera el ánimo y eso quiere decir que algo ahí esa persona no está pudiendo manejar, y coaxiona la libertad del otro que no puede elegir cuando quiere y cuando no. Y en esas relaciones empieza algo muy violento de reproche de sometimiento, de situaciones de no consentimiento, porque la otra persona empieza  a limitarse, esto de no poder estar desnuda en su casa para no ocasionar una provocación, no irse a dormir en conjunto  y esperar a que el otro se duerma para meterse en la cama…  Esto yo lo subí porque es muy frecuente y recontra silenciado. Porque está como asentado que el tipo va a querer y está en todo su derecho de querer y reclamarle al otro”.

Esta desconexión en la pareja me llevó a otro de los posteos que la Lic, como la suelen llamar cariñosamente publicó en su feed y que habla del “Sexo como recompensa” en contraposición del “Sexo espóntaneo”, una de las premisas que intenta desterrar de la cabeza de todas las comunidades.

Sobre este tema nos instruyó: “Bien uno de los grandes mitos instalados es esto del deseo espontaneo. Todo lo que yo trabajo es contra eso. Y entender el deseo como sistema de recompensa, primero que nos saca de esa idea de que el sexo es una necesidad. Y después científicamente está comprobado que el hombre necesita muy poco tiempo para que la sangre le irrigue al pene y logre la excitación. Si lo comparamos con medidas, en el hombre un shot de tequila es suficiente, mientras que para la mujer, la medida sería una botella completa de sangre que necesita transportar hacia el punto de excitación y tarda más menos unos veinte minutos, con lo cual la espontaneidad es una ilusión”, explica.

Y prosigue: “Para eso Yo uso el término rituales de transición para hacer este precalentamiento, porque el individuo tiene que salir de la escena cotidiana, de la casa, los pibes, el laburo, las tareas, el zoom, las reuniones y tengo que hacer una transición para entrar a la escena sexual. Que hay personas, por lo general masculinas, que quizá logran entrar mucho más fácil, y hay personas que necesitan sacarse capas. Y bueno lo que tiene que ver con la recompensa es eso de que el deseo se va a reactivar en función de haberla pasado bien. De tener encuentros satisfactorios que me van a dar ganas de volver a tenerlos”.

“Si yo llego a ese encuentro y mi pareja me presiona, me duele, tengo la cabeza en otro lado, no llego al orgasmo y  lo estoy haciendo porque vos querés, pero yo no tengo ganas. Bueno todo eso te va sacando de la escena sexual. Porque muchas veces ponemos el foco en el que pase, sin pensar en cómo pasa, y es fundamental el qué sucede ahí y si hubo disfrute o no”, expone.

Pero la sexualidad no es meramente el deseo de tener ganas, uno puede tener ese deseo activo y de todas maneras no lograr el encuentro con el otro, y de este tema Cecilia nos describe la escena sexual argentina actual y sus diferentes imposibilidades.

En base a las consultas que estuve tratando últimamente la mayoría tienen que ver con un tema de ansiedad, de la post pandemia, como punto de inflexión, de me pasaba esto hasta el 2020 y ahora no logro conectarme, no quiero, no puedo, me disperso y del multitasking. Y esto acentuado por el ritmo de vida que tenemos”, puntualiza y continua “Las nuevas tecnologías que cada vez nos desconectan más, porque estas comiendo mirando el celular y nisiquiera sentís la comida, no miras lo que comes, no lo saboreas. No hay conexión alguna con el cuerpo entonces somos pura cabeza, y la cabeza se va porque estamos acelerados, porque hacemos mil cosas a la vez, porque ya estás pensando en lo que tiene que pasar después. Bueno eso es lo que yo escucho todo el día”, asegura.

-¿Y qué herramientas tenemos para solucionar este panorama?

“Bueno, ahí está lo complejo, porque son herramientas que van más allá de lo sexual, tiene que ver con el estilo de vida y hacer el ejercicio de parar. Apagar el teléfono, bajar las revoluciones, ponerse horarios, porque el bombardeo no para y todo lo que te pasa es como que te saca de la situación”.

-¿Qué consejo les das a dos personas que se van a encontrar sexualmente por primera vez?

“Yo creo que si cambiamos la escena sexual por una escena donde el orgasmo no es el objetivo, como primera cosa, ya te cambia la situación. Porque toda la gente está muy preocupada de cuando llega, si más tarde o más temprano. Si podemos pensar el encuentro como algo horizontal de varias actividades que hacemos con el objetivo de generar ternura, de generar sensaciones placenteras en el otro y en uno. Sin ese guion de bueno hago esto, después viene la penetración, y lo que sigue que lo único que hace es generar ansiedad. Van a estar bien.

"¿Qué costo estamos pagando porque está mal visto sentir? Porque ¿cuál es la conclusión de eso?, ¿Somos todos unos robots? Hoy que alguien se enganche es un problema, que alguien te quiera hoy es un problema"

“Porque en realidad cuando uno habla con la gente, lo que te dicen es “yo en la cama quiero que me traten bien, que se pongan forro, que haya empatía y sentirme cómodo”, no hay mucho más que eso, no es que la mayoría piden una súper performance sexual. Creo que la gente hoy, necesita que la traten bien”.

“El otro día yo dije: ´el sexo es un acto de ternura` y me dijeron ¡No!, porque la ternura no va con la pasión ¡Y si va con la pasión! La ternura entendida desde el mero hecho de hacer sentir bien al otro, es súper tierno darle placer a otro. Y tomarlo como “me voy a dedicar a que tu cuerpo la pase lindo”, menciona con una sonrisa.

Para luego cuestionar: “Y la pregunta es ¿qué costo estamos pagando porque está mal visto sentir? Porque ¿cuál es la conclusión de eso?, ¿Somos todos unos robots? Hoy que alguien se enganche es un problema, que alguien te quiera hoy es un problema. Esto de Uhh flasheaste amor!… ¿Qué nos pasa?”, exclama.  

Y retoma: “Esto también es parte del problema que tenemos a la hora de comunicar, porque no sabemos ni poner un límite, ni aclarar nuestras intenciones, ni ser cariñosos sin que eso asuste. Hay algo cultural de romper los vínculos sociales, tenemos un modelo individualista de consumo donde ya no hay solidaridad, comunidad. Lo único que importa es vender y que vos te compres un juguete, no te cojas a nadie, tengas tu succionador en tu mesita de luz y ya está. No hay comunidad, entonces no hay capacidad de conectar en un mundo de autosuficientes, donde el otro es una amenaza con el que voy a tener sexo, porque hay que tener sexo”.

-¿Existe la química sexual?

Si, técnicamente existe la química sexual y también existe el término de incompatibilidad química. Hay un porcentaje, que ahora no lo tengo pero, va a haber un porcentaje de personas con las que no tengas esa compatibilidad sexual y sabemos que el olfato es nuestro gran canal de atracción involuntario. Pero yo soy una gran creyente de que el entendimiento en la cama también se trabaja, se construye, se aprende, se conoce, se explora, cambia a lo largo de la vida. No creo en eso de bueno sino hubo atracción ya está, y digo ¡No para!”.

Ya para cerrar la nota le pregunté ¿Si pudieras borrar una premisa sobre el sexo que está instalada en la cabeza de las personas, cuál sería?

“Sin dudas la pornografía, y borraría el “hacerlo bien” y el “tengo que poder” y se los cambiaría por el voy a proponerme sentir.

“Hay una sexóloga que dice: “Entregarse al sexo con espíritu curioso”, me re gusta esa idea, el pensar al otro desde la curiosidad, desde el a ver qué le pasa a esta persona, quien es, cómo siente, qué siente. Digo es algo tan íntimo el encuentro sexual que necesitamos explorarnos y darnos ese tiempo”.

 

Cecilia Ce se presenta los dos primeros fines de semana de mayo, junio y julio en el Teatro Metropolitan Sura.

Así que si te quedaste con ganas de más, no dudes en sacar tu entrada para ver Beer & Sex Night porque no solo la vas a pasar descontracturadamente bien, sino, que te vas a ir con un caudal de información de la buena. Esa que te va a acompañar al encuentro con el otro desde un lugar sano, placentero y amoroso.

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