Cada noche y cada tarde "Los 8 escalones del millón", el ciclo de El Trece que se convirtió en uno de los preferidos de los televidentes, regala un millón de pesos a uno de los ocho participantes que deberán competir con sus saberes sobre cultura general.

En su paso por el programa, cada participante lleva su historia de vida y comparte qué haría con el abultado premio. A veces las historias pasan desapercibidas y otras cautivan al conductor Guido Kaczka y al jurado.

Así sucedió en la última emisión del miércoles por la noche cuando el flamante ganador de "Los 8 escalones" fue Matías, un vendedor ambulante de 75 años que trabaja en la Línea 182 que llegó hasta el ciclo para llevarse el millonario premio y ayudar a su hija.

Antes de convertirse en el ganador Matías había contando que vende sahumerios en dicha línea de colectivos y hasta reveló su técnica de venta: "Tengo un speech, tengo que levantar la voz para bancar el tráfico y lograr la que la gente levante la vista del celular", señaló.

“Gente país, tengan muy buenos días, soy Matías ¿cómo les va? Y a continuación este endémico pandémico tenempié laboral intitulado ‘rajando tamangos buscando ese mango que te haga morfar’”, continuó el participante ante el auditorio que lo seguía atentamente.

“¿Te va bien con eso?”, quiso saber Guido. “Subsisto. Volví en febrero después de los dos años de pandemia y la verdad, mejor de lo que pensaba”, contestó Matías, que actualmente vive en un hotel, estudia para hacer profesor de Historia y contó que en caso de hacerse con el millón pensaba usar una parte para poder alquilar un lugar y también ayudar en los estudios de su hija.

“Ella está en el Universidad Nacional de Arte, en tercer año, y le quiero hacer un fondito como para que cuando termine la segunda parte se pueda capacitar y hacer algunas otras cosas”, detalló.

Al final de la competencia, con el 90 por ciento de las preguntas contestadas correctamente, Matías se convirtió en el ganador del millón de pesos y no pudo ocultar su alegría y emoción por el logro alcanzado. El vendedor sostuvo su cheque con el millón, chocó el puño con su competidora y se dejó llevar por las lágrimas y los aplausos de todos los presentes.