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Cubrir la agenda feminista y el aborto es un motivo extra para recibir agresiones

En la reciente investigación Ser periodista en Twitter. Violencia de género digital en América Latina, se observó un mayor número de agresiones hacia mujeres con referencias a la apariencia física, sus capacidades intelectuales y/o con expresiones sexistas.

Cubrir la agenda feminista y el aborto es un motivo extra para recibir agresiones

La investigación Ser periodista en Twitter. Violencia de género digital en América Latina, realizada por Comunicación para la Igualdad (Argentina) y Sentiido (Colombia) revela que las y los periodistas en América Latina reciben ataques en la red social Twitter por sus opiniones y, particularmente, por sus ideas políticas, más que por su capacidad periodística.

En este contexto, las periodistas, a diferencia de sus colegas varones, reciben más expresiones que ponen en duda su capacidad intelectual, cuestionamientos a su apariencia física y expresiones sexistas. Además, cuando sus coberturas son sobre la agenda feminista o la legalización del aborto, las agresiones se intensifican.

Violencia de género digital

A través de herramientas de minería y análisis de datos, para la investigación fueron analizadas 66 cuentas públicas de periodistas en Twitter: 7 mujeres y 3 varones por país de Argentina, México, Colombia, Uruguay, Paraguay y Venezuela; y 3 mujeres y 3 varones de Nicaragua. Además se realizaron 28 entrevistas cualitativas y cuantitativas a periodistas mujeres y varones de la región.

De allí se desprende que en los ataques contra las mujeres periodistas hay aproximadamente 10% más de menciones que ponen en duda su capacidad intelectual, 20% más de expresiones sexistas y 30% más de comentarios sobre su apariencia física, en comparación con las agresiones hacia hombres.

En prácticamente todas estas formas de violencia las mujeres fueron más afectadas que los varones:

  • Desprestigio: 100% mujeres y 71,5% varones
  • Expresiones discriminatorias: 75% mujeres y 57% varones
  • Acoso: 64% mujeres y 57% varones
  • Monitoreo y acecho: 43% mujeres y 28,5% varones
  • Control y manipulación de la información: 24% mujeres y 14% varones
  • Difusión de información personal o íntima: 47,5% mujeres y 14% varones.

Además, las amenazas y agresiones muchas veces excedieron los límites de la virtualidad. El 32% fue abordada también en la vía pública.

Sandra Chaher es la presidenta de Comunicación para la Igualdad y fue la coordinadora de la investigación, junto a Lina Cuellar, de Sentiido. En diálogo con Filo.news, Chaher contó que eligieron la red social Twitter para realizar el proyecto porque "es el espacio donde hoy se está dirimiendo el debate político".

Sobre los resultados, la investigadora destacó algunas cuestiones que le llamaron la atención. "Un dato interesante es que este 30% de comentarios vinculados a la apariencia física se duplican en Argentina y en Uruguay. Mi interpretación es que el acatamiento social a este estereotipo tradicional es mucho más alto en nuestros países, tenemos mucho más la atención puesta en la apariencia física de las mujeres y me daría la sensación de que esto en otros países es más relajado", relató Chaher.

Otro dato que sorprendió a la licenciada en Ciencias de la Comunicación y especialista en Género y Derecho fue que se observó que un motivo extra de las agresiones hacia las mujeres es el vínculo de éstas con la cobertura de la agenda feminista y que los ataques en este sentido son más altos en Argentina, Uruguay, Paraguay y México.

"Cuando las mujeres publicamos notas que tienen que ver con coberturas que hicimos de la agenda feminista o expresamos posiciones vinculadas al feminismo y, especialmente, a la legalización del aborto, recrudecen los ataques. Incluso hay colegas que dicen que dejaron de utilizar determinadas palabras vinculadas al feminismo como 'patriarcado', 'machirulo', etc. porque saben que les van a generar muchas agresiones". 

Libertad de expresión

La mayoría de las personas entrevistadas, además de recibir agresiones y amenazas en canales internos y externos a Twitter, vieron afectado su derecho a la libertad de expresión a partir de los ataques.

El 75% de las mujeres periodistas vio afectado su derecho a la libertad de expresión (7% más que los varones), ya que dejaron de postear sobre los temas que podrían generarles agresiones (47,5%), se retiraron de Twitter por un tiempo (19%), o restringieron la frecuencia o el tono de sus publicaciones, reduciendo las opiniones (14%).

Estefanía Pozzo es una periodista argentina que trabaja en C5NÁmbito financiero, entre otros medios, y está especializada en género y Economía. En su cuenta de Twitter alcanza los 71 mil seguidores y en Instagram, supera los 26 mil.

En una entrevista para este medio, la periodista contó que recibió muchos ataques a través de sus redes sociales. "En general, durante 2018, la gran mayoría tenían que ver con sectores antiderechos y en los últimos tiempos los ataques vienen por parte de algunos sectores ligados a lo que yo interpreto como la actual oposición, al PRO", detalló.

A raíz de las agresiones que recibió llevó adelante una serie de medidas para resguardarse. "Desinstalé Twitter de mi teléfono, entonces lo uso en determinadas circunstancias. También, muchas veces cuando publico algo por lo que pueden llegar a atacarme desactivo las respuestas de todo el mundo. Tengo mi filtro, osea que casi ya no leo nada de todo lo que me escriben a menos que yo los siga. Y en Instagram también tengo uno por lo que solamente pueden escribirme las personas que me siguen", describió Pozzo.

Sobre los resultados arrojados por el proyecto comandado por Comunicación para la Igualdad y Sentiido, la periodista consideró que la razón por la que las mujeres reciben más ataques ofensivos dirigidos a atacar su inteligencia, su imagen y su sexualidad, es la misoginia. Una de las observaciones durante el trabajo de investigación fue que en las etiquetas utilizadas para agredir a las periodistas, en muchos casos se recurría a diminutivos de sus nombres, infantilizándolas, situación que en ninguno de los casos analizados se dio en los varones.

"Creo que tiene que ver con la penalización cultural-histórica que un poco estamos construyendo: poder hablar sin miedo. De hecho, hay un movimiento que fue relativamente reciente que es 'No nos callamos más'. Osea, fijate cómo todavía tenemos que defender nuestro derecho a hablar", resaltó Estefanía.

Ataques coordinados

Sandra Chaher contó que durante el trabajo citado investigaron cinco casos y en tres de ellos se evidenció que hubo ataques coordinados: dos en México y uno en Colombia.

Sobre esto, la coordinadora del proyecto destacó el vínculo entre esta forma de agresión y los gobiernos de turno. "Me sorprendió un montón ver que fuera tan evidente que los gobiernos operan en redes sociales atacando a personas opositoras", enfatizó.

En este sentido Chaher se preguntó por dos cuestiones que considera que deberían tener un debate más profundo. "La primera es que nuestros gobiernos, por lo menos los que analizamos, son todos gobiernos democráticos, con lo cual el hecho de que estén intentando acallar voces debería ser cuestionado todo el tiempo", sostuvo.

"La otra, es que estos gobiernos llevan adelante políticas de género institucionalmente. Hoy casi ningún gobierno no lleva adelante o no intenta chapear con políticas de género. Entonces, ¿cómo puede ser que hagan eso y al mismo tiempo usen estrategias de trolleo de género en redes sociales para agredir a periodistas opositoras? Hay una contradicción evidente que me parece que no estamos discutiendo y debatiendo lo suficiente", concluyó.

Recomendaciones

Algunas de las recomendaciones presentes en Ser periodista en Twitter son las siguientes.

Para el Estado:

  • Incluir en las políticas públicas de comunicación, apartados enfocados a prevenir, diagnosticar, contrarrestar y eliminar la violencia digital de género, así como a capacitar a periodistas, educadoras/es y funcionarias/os en la materia.

Para las redes sociales:

  • Establecer políticas frente a la existencia de comportamientos inauténticos y/o coordinados, formas de reportarlos y de penalizar a las cuentas que los promuevan.
  • Promover campañas de sensibilización en torno a la violencia digital, con especial énfasis enla violencia de género.

Para medios tradicionales:

  • Desarrollar una ruta de acción o protocolo sobre seguridad digital y para las/os periodistasque experimenten ataques digitales. Esta ruta de acción debe tener un enfoque de género.
  • Ofrecer acompañamiento a las/os periodistas en la toma de decisiones tras experimentar un ataque.

Para periodistas y asociaciones profesionales:

  • Incorporar prácticas de disminución de riesgos para el uso de Twitter, tales comosilenciamiento de trolls, eliminación de la ubicación en las publicaciones, exposición de datos de la vida privada, entre otras.
  • Incorporar el reconocimiento de la violencia digital, por medio de las asociaciones profesionales y sindicatos particularmente con perspectiva de género, como tema decapacitación y sensibilización a sus integrantes y equipos.
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