Pactamos la nota con la excusa del lanzamiento de las Niguiri Sessions -registro en vivo grabado en un restaurant de sushi con un tracklist que repasa toda su discografía- pero Dante Spinetta está dispuesto a abordar todos los temas que los 15 minutos de entrevista otorgados posibilitan.

Y sí, comenzamos hablando de la cuarentena, el tópico rompehielo más utilizado en los últimos 100 días: "Me siento agradecido de que tengo comida y techo, pero hay gente que está en una muy diferente, que por ahí se le fundió el negocio; esa situación es terrible. Está difícil pero le trato de encontrar cosas positivas para no hundirme. Creo que en mí hay algunas cosas que me hicieron bien (en esta cuarentena)".

Confinado en su casa de Villa Urquiza y acompañado por sus hijxs Brando y Vida cuando no están en lo de su madre, el músico de 43 años asegura haber recibido un muy buen feedback de su flamante estreno.

"Todos los mensajes y todo lo que me llega es re grosso. Vi todas las cosas que se generaron y es increíble, mucho amor. Para mí era re necesario hacer esto", cuenta.

La idea de una live session grabada en un rincón de un sushi bar comenzó a gestarse en 2019 con la idea de dejar registro de lo que el vivo de la banda (Matías Rada en guitarra; Matías Mendez en bajo; Axel Introini en teclados; Pablo Gonzalez en batería y Carlos Salas en percusión) generaba.

"Al principio empecé a flashear de hacerlo en una tintorería. Un día estaba comiendo en este lugar que se llama Nare y pensé de hacerlo ahí, pero me parecía muy chico y un amigo me dijo 'Boludo, capaz entrás'". Ahí entró Fede, el sushiman, que dio el empujón que faltaba.

"'Apretados entran', dijo. Y nos mandamos a hacerlo ahí, quedó buenísimo".

Cada una de las tomas que se escuchan en Niguiri Sessions son originales; es decir, no fueron regrabadas ni mezcladas con otras tomas anteriores. Son genuinamente en vivo.

"Las Niguiri Sessions me hicieron unir los puntos. Me voy a meter a hacer un disco ahora, ni bien salga", adelanta Dante, que se confiesa un artista más partidario de los álbumes que de los singles. También revela sus ganas de realizar un show en vivo por streaming.

"Lo vamos a hacer, lo estamos planeando. Si sigue todo como pinta capaz no tocamos hasta el año que viene", dice, y reflexiona: "Hay que empezar a adaptarse a este momento y a generar nuevas formas de laburar. La industria de la música no somos solamente los músicos, los que estamos tocando, hay tanta gente detrás; managers, asistentes, iluminadores, sonidistas; tanta gente que se quedó sin laburo".

Pero previo a un nuevo disco no va a faltar material nuevo: el ex Kuryaki estrenará un documental inédito por los 10 años de su álbum 'Pyramide' en el que aparecerá su padre, Luis Alberto Spinetta.

"Es un flash verlo hoy en día: estoy ahí grabando y entra mi viejo, estamos ahí tocando el piano. También están Residente y (Adrián) Dárgelos en el estudio. Es un flash cómo está hecho: Hernán (Corera, el director) estaba toda la grabación filmando y grabó las tomas reales de cómo está hecho el disco".

Mientras debaten en qué formato lanzarlo (nota anecdótica: una versión extendida del documental tuvo un pre-estreno en un cine con fans años atrás) Dante asegura que "por algo pasan las cosas" y, una década después de realizado, llega este material.

"Es muy loco ver a mi viejo que entra y me pregunta qué quiero comer. Dos años antes de que se fuera estuve casi un año entero con él, fue re grosso eso y uno no se da cuenta. Yo en ese momento tenía 33 años, y son cosas que a esa edad no pensás, pero no estás casi un año con tu papá, y mi viejo vivía en el estudio. Yo estaba grabando, comíamos todos los días. Fue como un bonus track", medita el Spinetta mayor.

La reflexión atraviesa toda la charla, hasta el punto en que lleva al entrevistado a hablar sobre el racismo, el caso George Floyd, el brutal atropello a una familia Qom y el fallo del fiscal de Chubut Fernando Rivarola: "Hay cosas que ya no van más y tienen que cambiar: lo que pasó con Black Lives Matter y todo lo que generó en el mundo; el fiscal que habló de 'desahogo sexual', un llano insulto a la humanidad; la policía en Chaco, que entró y reventó a palos a una familia Qom. La sociedad no banca más esas mierdas".

A colación, trae una anécdota de cuando junto a Emmanuel Horvilleur (la otra mitad de Illya Kuryaki and the Valderramas) presentaron su álbum 'Chaco' (1995) en la provincia homónima: "Todo eso que pasó y que pasa tiene que ver con una operación política, con que los quieren rajar, con una aniquilación cultural que viene pasando hace mucho tiempo. Nosotros lo vimos, vimos cómo habían puesto a todos los wichís en un par de cuadras y en cada una de ellas había una iglesia evangelista. Les borraron sus dioses, sus creencias; hay toda una cuestión que es mucho más profunda".

"Nos queda a todos los que tenemos la posibilidad de comunicar algo tirar una data, tirar una onda de cambio y empujar para el otro lado, y creo que el arte lo hace, el arte une a la gente", medita hacia el final de la nota. "¿Por qué pibes en Argentina como yo empezamos volados la cabeza con la cultura afroamericana y en el año '90 empezamos a rapear, siendo pibes de acá que habían crecido con el rock? Como mi viejo, que siempre fue tanguero y de golpe se tiró al rock and roll. Está todo unido".

El arte une a la gente, las culturas unen a la gente y es importante mantener eso.

Y antes de despedirse, pide un deseo: "Que estemos bien y podemos pasar la Navidad en familia".