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Cine y series

“Manuela”: un retrato íntimo de maternidades y cuidado, con mucha sensibilidad

Tras el estreno en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, desde Filo.news conversamos con la directora, Clara Cullen, y la protagonista, Bárbara Lombardo, acerca del cómo fue el rodaje en Estados Unidos, el trabajo con la hija de la cineasta, la mirada migrante y social y más.

“Manuela”: un retrato íntimo de maternidades y cuidado, con mucha sensibilidad

* Nota escrita por Micaela Robles y Antonella Morello.

Una niña corriendo por un puente. Con bolsos en mano, una mujer trata de alcanzarla. Se abre el plano y vemos que ambas están intentando llegar a la frontera entre México y Estados Unidos. ¿Por qué van ahí? ¿escapan de algo? ¿quiénes son?

Con esa escena abre la película “Manuela”, que invita a todos estos interrogantes y más. Se trata de la ópera prima de la directora argentina Clara Cullen (“Lost and Found”), quien actualmente vive en Los Ángeles. En noviembre de este año volvió a su país natal para presentar la película en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

“‘Manuela’ surgió una noche de convalecencia. Estaba muy enferma y tuve una imagen de una persona sacando a mi hija de Estados Unidos”, recuerda la directora, en una entrevista exclusiva con Filo.news, acerca de aquella imagen inicial.

Desde ese misterio sobre la historia y los personajes, la película cuenta la historia de Manuela (Bárbara Lombardo), una mujer latina migrante que viaja a Estados Unidos y consigue trabajo como niñera para una madre que debe viajar por trabajo. Así comienza a cuidar a la pequeña Alma -que es la hija de la directora en la vida real-, y construye un vínculo con ella que va creciendo en cada escena.

“Apenas la conocí a Barbie nos hicimos amigas; la verdad que nunca la había visto actuar, sabía que era actriz pero no la vi, y una vez que vine a Buenos Aires estuvimos las dos viendo un montón de películas, series, y ahí la conocí en su carrera profesional y me enamoré. Y cuando volví le dije si quería hacer esta aventura juntas y me dijo que sí enseguida”, asegura Cullen.

"Hay proyectos que enseguida me dan un poco de excitación", asegura Lombardo. "Yo estaba en Los Ángeles, pasé mucho tiempo, y ya quería filmar allá, empezar a vivir algo que tenía que ver con mi profesión. Era una propuesta de mucha improvisación, que a mí es algo que me gusta muchísimo. Clara se acercó, me dijo que me vio trabajar y que quería que hagamos algo juntas, y yo me acuerdo que estábamos en un asado de amigos, me empezó a hablar un poco de por qué quería filmar y en seguida dije ‘quiero’", agrega.

Maternidades en plural

La película invita a repensar lo que significa ser madre, la construcción cultural a su alrededor, las diferentes formas de maternar, y habla sobre lo que significan esas tareas de cuidado, uno de los rubros más feminizados y asignados históricamente a las mujeres. También desarrolla las redes de cuidado por fuera del círculo familiar, mujeres migrantes y latinas que cuidan a les niñes de otras mujeres, poniendo el foco en las desigualdades sociales.

También aborda los vínculos que nacen, crecen y se fortalecen a partir de eso.  De hecho, vemos cómo avanza la conexión entre Alma y Manuela, mientras que la mamá intenta no perder el contacto de su hija a través de videollamadas en su viaje por trabajo. “Hay una cosa que es verdad, que es que los hombres pueden viajar por trabajo pero a las mujeres lo cuestionan mucho más, y la madre de Alma lo hace, y uno piensa ‘la abandonó’, pero en realidad está trabajando como madre soltera”, opina Lombardo.

“Esa es otra cosa que a mí también me interesaba contar, sobre todo las mujeres acompañar la crianza de los hijos sea como sea y como podamos, y a veces en una familia estalla una situación en donde quedan mujeres solas, entiendo que entre nosotras nos compartimos de forma muy sabia e instintiva casi sin hablar las reponsabilidades para que los chicos crezcan de la mejor manera”, continúa.

“El cuidado es lo más lindo que uno puede generar y dar a alguien. Basar tu trabajo en eso es muy importante, es un buen ejercicio para la humanidad. Yo creo que no hay nada que lleve más cuidado en el mundo que hacer una película”, analiza Cullen al respecto.

“Manuela” se convierte así en un retrato íntimo con mucha sensibilidad. “Yo no soy madre, la mitad de mis amigas no quieren ser madres, deciden no serlo. La maternidad debe ser algo espectacular, pero entiendo que también es algo sacrificado y doloroso, no hay que generalizar, es muy interesante que se habla ahora de esa dureza y a veces desilusión de la maternidad, está bueno que sepamos que todos tenemos experiencias diferentes”, reflexiona la actriz.

De hecho, para ella esta historia tiene significancia personal: “Yo soy la menor de cuatro hermanas mujeres, mi padre murió cuando yo era muy chiquita, yo tenía 3 años. Ahí sucedió un acomodamiento familiar, varios familiares cumplieron el rol de madre porque mi mamá tenía que trabajar, entonces se armó como una cofradía”, relata.

La película no apunta a individualidades; la historia de Manuela funciona como disparador para reflexionar sobre un escenario mucho más grande. Cuando le preguntan, Manuela cuenta un relato distinto sobre su origen ni nunca responde que viene del mismo lugar. Tal vez dejó a su hija a cargo de su madre en el Norte de Argentina, tal vez su familia pertenecía a un sector pudiente uruguayo, tal vez migra desde Bolivia, o partió desde Colombia: “Hay muchas mujeres migrantes solteras, atravesando todos los continentes, y es muy duro. Así que supongo que se pueden identificar mujeres de diferentes países y culturas con Manuela fácilmente”, asegura.

Crear una película desde los detalles

En “Manuela” los detalles construyen la trama. Construida a base de primeros planos que recuerdan a las grabaciones de los '90 y 2000 que forman parte de las infancias de millones de niñas y niños en el mundo, "Manuela" es un registro con mucha luz, desde su guión pero intencionalmente buscado como recurso con tomas que dejan asomarse el sol.

Una película que es un detallito, y que cuenta su mundo a través de ellos: como las ojotas de la protagonista, los aros de su patrona, y la remera de princesas que Alma protesta para no sacarse. Todo está pensado para la comodidad de la pequeña, según cuentan a este medio.

“Sentí que tenía que ser muy sensible y muy sencilla. Clara conoce a su hija, entonces había objetos que elegía particularmente”, amplía Bárbara, mientras que la directora suma: “La casa en la que grabamos es una casa familiar, que se fueron de vacaciones y le tomamos la casa. Yo estaba viviendo en la casa mientras grabábamos, tenía que hacer la cama para después empezar a grabar ese día; Alma estaba viviendo en la casa, y tomábamos todos desayuno juntos, a la mañana en la cocina, almorzábamos y guardábamos todo, filmábamos, era muy divertido y relajado el ambiente”.

“Fue un esfuerzo, Alma varias veces marcó cortes, horas de descanso - detallan las artistas y añaden - filmar a un niño es complejo, no podés filmar más de 30 minutos, porque la atención la tenés en ese momento”.

“Me parece que surgió algo muy lindo entre las dos, muy natural, que Barbie se pudo abrir como actriz, como madre, como hermana, se generó algo muy lindo y creo que Alma respondió muy bien a eso, a la sinceridad de Bárbara como persona”, evalúa la directora.

Resignificar imágenes y conceptos

Al principio de la nota describíamos la imagen de una mujer con una niña corriendo a la frontera. Sabemos que son Manuela y Alma, quienes están por salir del país. Sin dar más detalles para no spoilear, con esa imagen cierra el film, aunque con un significado completamente distinto.

“Había una sensación de querer contar cierto misterio, por supuesto me imaginé conflictos claros por lo cual ella está donde está, pero hay algo muy divertido, nunca sabés que es verdad o mentira, nunca se sabe si es una psicópata es una persona buena, es uno de los motores de la peli que genera un clima muy interesante y misterioso”, observa la actriz.

Según resalta Clara, “la entrada a EEUU es muy difícil pero la salida es muy fácil”, y justamente “la idea era que esa imagen se pueda resignificar, empieza y termina la película con la misma imagen”.

Con la mirada perdida en el tiempo, la directora reflexiona y encuentra puntos en común con su historia personal: “Cuando la tuve a Alma, me fui de Estados Unidos, me vine a tenerla a Argentina, porque yo quería que me hablen en español, que mi mamá esté conmigo; me sentía cuidada acá, no quería ir al doctor y firmar miles de papeles, y no me gustaba el trato de la gente, y venir acá fue la decisión más linda del mundo, yo quería que Alma nazca en Argentina”, recuerda la directora.

No fue la única película que abordó el tema de la maternidad en el Festival de Cine de Mar del Plata. En esta nota repasamos algunas de ellas, que proponen resignificar los conceptos naturalizados históricamente: “Me emociona que se emocionen, nunca sabes cuando haces algo en donde va a terminar, me parece hermoso que se abran estas posibilidades, empezar a reflexionar, divertirnos y entretenernos”, cierra Bárbara.

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