El padre de Máximo Thomsen aseguró que no quiere "abrir los ojos" y descartó la existencia de "un plan" de parte de los rugbiers respecto al ataque que terminó con la vida de Fernando Báez Sosa, en la madrugada del 18 de enero de 2020, en la puerta del boliche Le Brique en Villa Gesell.

"No quiero abrir los ojos", sostuvo Marcial Thomsen a la salida del Tribunal de Dolores donde se lleva a cabo el juicio, frente a una rueda de medios que le consultaron si los acusados estaban arrepentidos, qué hablaban entre ellos, y si para su hijo el ataque a Fernando se trató de "una pelea más".

"Con los testimonios queda muy claro que no existió un plan. No sé qué van a atestiguar los otros 170 testigos, si los amigos que estaban al lado declararon muy poco", sostuvo el hombre en declaraciones difundidas por Télam, al tiempo que señaló "que no tiene nombre" la situación que se encuentra atravesando.

"Algún momento me enojé con mi hijo. Es una montaña rusa de emociones, de bronca. Tengo miedo no verlo más en libertad", había reconocido Marcial, respecto a Máximo Thomsen, quien es el principal acusado del crimen calificado como “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. 

Junto a Thomsen -quien es mayormente implicado ya que a él pertenecía la zapatilla que se halló con sangre de Fernando- están acusados Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Luciano Pertossi.  

Frente a este panorama, Silvino Báez y Graciela Sosa, la familia de Fernando, representada por el abogado Fernando Burlando, solicita la prisión perpetua para todos los rugbiers involucrados.