El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por Poliarquía Consultores y el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella, sufrió en agosto una caída intermensual del 13,9 %, acumulando también una baja interanual del 3,7 %, y alcanzando el nivel más bajo desde septiembre de 2024.
El desplome fue generalizado en todos los componentes del índice: la expectativa de compra de bienes durables retrocedió un 15,2 %, la percepción sobre la economía general cayó un 13,7 %, y la confianza personal se contrajo un 12,9 %.
La caída fue más notable en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un descenso del 21,48 %, mientras que en el Gran Buenos Aires la baja fue del 15,86 % y en el interior del país, más moderada, del 7,07 %. También se observó una mayor pérdida de confianza en los hogares con menores ingresos (–18,33 %) en comparación con los de ingresos altos (–10,27 %).
Este panorama coincide con señales de enfriamiento de la actividad económica: proyecciones privadas anticipan otra caída en julio y estiman que podría tratarse de la peor racha negativa en más de un año.
La falta de recuperación en el salario real y el encarecimiento del crédito refuerzan el clima de incertidumbre.