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Kendrick Lamar y la noche del Grand National Tour en River

A seis años de su primera visita, Kendrick Lamar volvió a pisar suelo argentino para transformar el Estadio Monumental en una cumbre del rap. La noche tuvo, además, un capítulo local inolvidable con la participación de CA7RIEL & Paco Amoroso.
 

Kendrick Lamar y la noche del Grand National Tour en River

El mítico Estadio Monumental vibró como pocas veces cuando Kendrick Lamar desplegó en Buenos Aires toda la potencia de su Grand National Tour, en un regreso largamente esperado por el público argentino, que lo había visto por primera vez en el Lollapalooza de 2019. Con el estadio repleto y sumido un clima ritual, el show —presentado por DF Entertainment— fue una verdadera celebración del rap como arte total. Lamar no sólo repasó su carrera con una precisión quirúrgica, sino que ofreció una narrativa en vivo que combinó poesía, crudeza y una visión profundamente personal que lo ubica como uno de los mejores cronistas de nuestra era.

Antes de recibir a Kendrick, el Monumental ya ardía de expectativa: no solo por la llegada del headliner, sino también por el reencuentro con dos de los artistas más celebrados de la escena local. CA7RIEL & Paco Amoroso fueron parte fundamental de esta noche única. 

Con la frescura y la originalidad que los está haciendo célebres a nivel global, desplegaron un setlist vibrante y teatral que hizo estallar al estadio desde el primer beat. Con “EL ÚNICO”, “MI DESEO / BAD BITCH” y “DUMBAI”, crearon un clima de fiesta como solo ellos saben.

El show comenzó con el Buick Grand National ’87 sobre el escenario, el auto que inspiró el título de GNX, el álbum que está presentando y con el que sigue redefiniendo el hip hop contemporáneo. Lanzado el año en que él nació, este modelo está atado a su historia: su padre lo llevó a casa desde el hospital en uno igual, mientras sonaba Big Daddy Kane. Más que escenografía, es un símbolo de origen y de camino. Con “wacced out murals” y “squabble up”—canciones que abren GNX—, Lamar dio inicio a una narrativa complementada con una puesta sobria que llevó la música bien al frente.

Con un setlist que recorrió distintos momentos de su discografía, Kendrick equilibró la contundencia de sus clásicos con la densidad emocional de sus obras más recientes. A ese punto de partida nucleado en GNX le siguieron “N95”, de Mr. Morale & The Big Steppers (2022), y “King Kunta”, de To Pimp a Butterfly (2015). Luego de “ELEMENT”, el primero en sonar de DAMN (2017), y “tv off”, su tema con Lefty Gunplay, llegó el momento picante de “Euphoria”, una de las canciones del rapero en su conocida diatriba con Drake.

Kendrick volvió a girar el volante hacia lo más nuevo con “hey now” y “reincarnated”, para luego explotar con el hit “HUMBLE.”, de DAMN, uno de los más coreados de la noche. Para ese entonces, el rapero deleitó al público con “Backseat Freestyle”, que llevó a todo River a good kid, m.A.A.d city (2012), uno de los discos más influyentes de su generación, del que también sonaron los clásicos “Swimming Pools (Drank)” y “m.A.A.d city” para ese segmento del show.

El tramo central combinó la potencia política de “Alright” y “DNA.” con momentos más íntimos como el que trajo su interpretación de “LOVE.”, un respiro necesario para volver a retomar con fuerza. El Monumental se entregó de lleno a cada transición: Lamar encadenó “Peekaboo” y “Like That” para rematar con “Count Me Out” y su megahit “Bitch Don’t Kill My Vibe”, para luego volver a levantar vuelo con “Money Trees”, otra de esas canciones que ya pertenecen al cancionero universal del rap.

La recta final fue todo un manifiesto. “Luther” y “TV Off (Part 2)” prepararon el terreno para “Not Like Us”, convertido en catarsis colectiva de 65.000 personas saltando al unísono, en uno de los momentos de mayor voltaje de la noche. Con “Gloria” como cierre, Kendrick bajó el telón con un gesto de vulnerabilidad y madurez, dejando al público en un silencio reverencial antes de la ovación final.


 

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