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“Rap al Sur”: un songcamp en Sudamérica para que las canciones vuelvan a explotar su origen

El camp musical reunió a artistas, compositores y productores para crear nuevas composiciones desde el país más austral del mundo. El rap Sudamericano pisa más fuerte que nunca a pura creatividad y con más de un tema que irá al pendrive dorado.

“Rap al Sur”: un songcamp en Sudamérica para que las canciones vuelvan a explotar su origen

El auge del trap, el rap y la cumbia digital desplazó al pop y al rock del centro del mapa. Las listas de reproducción, los algoritmos y las colaboraciones entre artistas de distintos países forzaron un replanteo: ¿dónde nace hoy una canción?

En este contexto, rimas, samples y versos cruzados resuenan desde Buenos Aires a Caracas en el primer camp dedicado exclusivamente al hip hop sudamericano, que convocó a artistas de la talla de Micro Tdh, T&K, Deyco, Nucleo, Fianru, Slipmami, Tadu y KZO Beat.

Durante cuatro días, artistas, productores y compositores de distintos países compartieron sesiones, ideas y horas de creación en una experiencia poco habitual: devolverle cuerpo y sentido a la canción en Rap al Sur.

A diferencia del consumo reclamado por la inmediatez del mercado, el espacio ofrecido por Warner Chappell Music Argentina y Uruguay es un punto de encuentro de creación colectiva para autores de la región.

El camp reunió a raperos y productores de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela y Colombia, como: Ramma (ARG), Tadu (UY), Link Do Zap (BR), Macrodee (CHL), Bruno Camma (UY), Oney1 (ARG), Deyco (ARG), Fianru (ARG), Adione (CHL), G5 (ARG), Baybylucka (ARG), Pedro Peligro (ARG) y Zica (ARG).


Pedro Peligro, pionero en el movimiento nacional, reflexionó acerca del punto de encuentro entre artistas regionales: “Hoy por suerte el cono sur tiene un lugar de privilegio en la música urbana y encontrarnos a trabajar sobre el arte y la cultura es lo mejor que nos puede pasar”.

Las sesiones, registradas en el canal de la editorial, dejaron un archivo que funciona como testimonio de una escena cada vez más madura y conectada. En el estudio, las diferencias de idioma o acento se diluyeron entre beats y letras.

Durante el encuentro, cada artista aportó algo de su historia, su barrio y su experiencia: fragmentos de identidad que, mezclados, terminan formando un nuevo sonido regional. No sería cordial spoilear las colaboraciones que nacieron en este camp, pero no hay dudas que hay más de una canción que la escena va a guardar en un pendrive dorado.


En la inmediatez de la industria, uno de los integrantes del grupo La Conexión Real, Fianru, destacó lo importante de no dejarse llevar por las estadísticas: “No se preocupen tanto por los números, sacien el sentimiento de amor por escribir y rapear, háganlo constante”.

El encuentro permitió a los participantes reconocer el rostro de un nuevo colega, pese a los desafíos que eso podía implicar. Sobre esto, el artista y rostro del under argentino, T&K expresó: “Estamos tratando de contribuir para que se desarrolle algo espectacular entre todos”. Un sentimiento parecido experimentó una de las nuevas caras del genero G5. 

La convergencia en común en una misma búsqueda, en una misma obra, a todos lo que participan les sube el nivel.

Asimismo, para uno de los grandes productores de este movimiento, Nucleo Aka Tinta Sucia, afirmó que llegar al camp también implicó aprender a desligarse un poco de la responsabilidad. Al respecto comentó: “Yo -quizá- en el Triángulo soy quien maneja la orquesta, programo hasta los tiempos y me siento en mi zona de confort, pero acá soy un jugador más y tengo que salir a demostrar y a darlo todo”.


“La canción nace desde la idea, no desde la grabación”, repiten desde la organización. En tiempos donde la música circula a la velocidad del scroll, Rap al Sur se planta como un recordatorio de lo esencial: la autoría, la palabra y el encuentro siguen siendo el corazón de toda obra.

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