Desde el sábado 1 de noviembre de 2025, diversos rubros esenciales para el consumidor argentino enfrentarán aumentos que tensionan aún más las economías domésticas.
En el sector del transporte, el boleto mínimo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) aumentará un 4,1 %, con lo cual los pasajeros del conurbano abonarán aproximadamente $572,86, mientras que los de la Ciudad de Buenos Aires pagarán cerca de $568,91. Este incremento forma parte del plan del gobierno para reducir gradualmente los subsidios al transporte público.
Los alquileres también sufrirán un fuerte impacto: los contratos regidos por la derogada Ley de Alquileres deberán actualizarse con un aumento del 42,2 % anual (según el Índice de Contrato de Locación del Banco Central de la República Argentina). Esto implica que un alquiler que hoy es de $600.000 mensuales pasará a rondar $853.200. Para contratos con actualizaciones trimestrales, el ajuste será de aproximadamente 6 %, y para los de cuatro meses de ~8,5 %.
También habrá ajustes en las cuotas de medicina prepaga: las empresas informaron incrementos entre 2,1 % y 2,8 % para noviembre, dependiendo del plan, la cobertura y la región. Por ejemplo, un plan que costaba $180.000 en octubre pasará a costar entre $183.780 y $185.040.
Además, en el ámbito energético, el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) dispuso un aumento promedio del 3,8 % en la tarifa de gas natural residencial a nivel nacional, medida que se verá reflejada en las próximas boletas.
Estos ajustes se suman al contexto de inflación que ya viene impactando el poder adquisitivo. Analistas privados estiman que la inflación de octubre podría superar el 2,3 %, y advierten que noviembre podría ubicarse alrededor del 2,5 % o más, en parte por estos aumentos regulados.
En resumen, el inicio del mes no será tranquilo para los bolsillos argentinos: transporte más caro, viviendas que exigen mayores ingresos y salud que cuesta más. En este escenario, la presión sobre los salarios, el ahorro y el consumo se profundiza.