Croacia está de fiesta. Y no es para menos. Por primera vez en la historia, la Selección de ese país llegó a la final del Mundial y el próximo domingo va por la gloria: buscará derrotar a Francia en la final y levantar la Copa del Mundo.
Los croatas consiguieron el boleto para el partido decisivo de Rusia 2018 luego de una semifinal para el recuerdo ante Inglaterra en la que empezaron perdiendo a los cinco minutos de juego, consiguieron el empate y, en el alargue, dieron vuelta la historia.
Abrazos van saludos vienen, hubo uno de los tantos festejos dentro de la cancha que no pasó desapercibido. Sime Vrsaljko agarró desprevenido al entrenador Zlatko Dalić, lo revoló al piso, se le subió encima y comenzó a zamarrearlo mientras el técnico, sin oponerse, estaba de cara al pasto.
La celebración continuó fuera del Estadio Luzhniki de Moscú. Una muestra de ello es el pogo que improvisaron los propios futbolistas cuando se dirigían a su concentración, a la espera de la gran final.