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Salud

Cáncer de próstata: Con diagnostico precoz tiene altísimas chances de curación

El cáncer de próstata está rodeado de mitos y símbolos; es uno de los tumores más comunes entre los varones y también uno de los que mejor pronóstico tiene cuando se lo diagnostica en forma temprana.

Cáncer de próstata: Con diagnostico precoz tiene altísimas chances de curación

Según las estadísticas de la Internacional Agency for Research on Cancer en el mundo el cáncer de próstata es el tercer tumor más frecuente. “En América Latina es la principal causa de cáncer en varones y la primera causa de muerte por esta patología", explica el doctor Federico Cayol, integrante del equipo de Oncología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

En Argentina, las cifras epidemiológicas publicadas por el Ministerio de Salud indican que, en el 2020, se registraron 11686 casos de CP.  "En nuestro país es el cuarto tipo de cáncer más frecuente considerando a ambos sexos", comenta Cayol.

"Suele afectar a pacientes varones de más de 50 años de edad. En general suele tener un desarrollo lento y asintomático en las primeras etapas de su crecimiento", completa el doctor Antonio Wenceslao Villamil, subjefe del Departamento de Urología en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Según los expertos es un tipo de cáncer que suele identificarse a edades avanzadas, ya que la edad promedio al diagnóstico ronda los 75 años.

¿Qué es la próstata?

La próstata es un componente del aparato reproductor del varón. Se ubica debajo de la vejiga y tiene el tamaño aproximado de una nuez. Por su forma envuelve a la uretra (el conducto por donde se excreta la orina). La función fisiológica de la próstata es producir un líquido que forma parte del semen.

Chequeo y diagnóstico

"Hoy sabemos que el CP tiene un comportamiento clínico heterogéneo que incluye a tumores de muy baja agresividad, otros pequeño subgrupo de agresividad intermedia o elevada", explica Villamil. Además el especialista agrega "si bien no hay una estrategia universalmente aceptada, la recomendación actual indica chequear a todos los pacientes, con ciertas precauciones. Por ejemplo, cuando hay antecedentes familiares de este tipo de enfermedad, el control urológico periódico debería comenzar a hacerse a partir de los 40 o 45 años de edad. En la población general se recomienda a partir de los 50 años, al menos hasta los 65 o 70 años".

En la mayoría de los casos, como método de screening, se utiliza un laboratorio a partir de una muestra de sangre, en el que se evalúa los niveles plasmáticos del antígeno prostático (el estudio se conoce como "PSA"). Si este estudio da bien, se sugiere repetir el control cada dos años. Cuando hay dudas diagnósticas, se puede utilizar el tacto rectal y/o la resonancia prostática y/o una biopsia.

La importancia del diagnóstico precoz

Por sus características biológicas es un tipo de enfermedad "que de ser detectado en forma temprana, permite ser tratado con diversas herramientas terapéuticas y ofrece una alta chance de curación", asegura Cayol. Y completa: "No solo la probabilidad de curación es muy alta, sino que es posible mantener una buena calidad de vida, disfrutando de una vida sexual plena, cuando se reciben los tratamientos adecuados".

"Las opciones de tratamientos son amplias y van desde distintos tipos de cirugía (a cielo abierto, laparoscópica o robótica) a distintos tipos de radioterapia con o sin tratamiento hormonal combinado", comenta el experto.

Quiénes deben hacerse estudios preventivos

Un tema que todavía los expertos discuten, es quiénes -y a qué edad-, deberían realizarse los estudios específicos para la detección temprana de este tumor. "Es un punto que especialistas y académicos aún debatimos, ya que no hay un consenso universalmente aceptado. Sin embargo, la estrategia más utilizada es ajustar la necesidad del control al riesgo específico de cada paciente. [...] Para esto se tienen en cuenta la presencia de antecedentes familiares oncológicos, la raza y/o la portación de algunas alteraciones genéticas que predisponen a esta enfermedad; por eso es muy importante que discuta con su médico clínico o urólogo de cabecera la mejor estrategia para su cuidado", explica Cayol. Y agrega: "esto puede ser tener que hacer o no la medición del antígeno prostático junto a la rutina anual de laboratorio". 

"Si hay antecedentes familiares de este tipo de cáncer, el control periódico urológico debería comenzar a hacerse a partir de los 40 o 45 años de edad. Y, a partir de los 50, esta consulta debería ser generalizada para todos los varones, al menos hasta los 65 o 70 años, según el riesgo y los resultados de los estudios", detalla Villamil.

En definitiva, la frecuencia con la que deben realizarse estos controles se decide en función de los resultados y del riesgo personalizado que pueda tener cada paciente. 

Tratamientos

Cuando el resultado de los estudios muestra alguna alteración, el médico puede sugerir realizar una resonancia o una biopsia para lograr un diagnóstico preciso y consensuar luego alguna de las opciones de tratamiento. 

Un punto interesante que destacan los profesionales es que a los pacientes cuyo diagnóstico es un tumor de "bajo riesgo" y éste está localizado en la glándula prostática, el tratamiento indicado puede consistir en implementar una estrategia de vigilancia activa. Esto significa hacerse controles periódicos para ver la evolución, pero sin necesidad de una intervención específica.

"Si en algún momento se decide llevar a cabo algún tratamiento, las posibilidades disponibles son distintos tipos de radioterapia o de cirugías, opciones que el equipo multidisciplinario puede recomendar al paciente según cada caso", explican Villamil y Cayol.

Por su parte, Cayol detalla que actualmente el conocimiento sobre esta patología ha avanzado de forma significativa y permite entenderla en forma muy completa: "Contamos con múltiples opciones terapéuticas disponibles, por lo que es muy importante que sea un equipo multidisciplinario el que lo ayude a elegir el mejor tratamiento a cada paciente. Se vuelve cada vez más importante que estos casos sean analizados y tratados de forma conjunta por un equipo interdisciplinario integrado por especialistas en urología, oncología, radioterapia, entre otras".

También es importante recordar que este tipo de tumores, afirman ambos especialistas, cuando son diagnosticados y tratados a tiempo, tiene una muy alta probabilidad de curación.

Síntomas de alerta para consultar con tu médico

  • Disminución del calibre o interrupción del chorro de orina.
  • Aumento de la frecuencia de la micción, sobre todo nocturna.
  • Pesadez del piso pelviano.
  • Hinchazón en las piernas debido al crecimiento de ganglios linfáticos regionales.
  • Dificultad para orinar o escozor durante la micción.
  • Cuando los tumores están localmente avanzados aparecen síntomas claros de obstrucción (mucha dificultad en la micción) y puede aparecer sangre en la orina.

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