El episodio ocurrió el jueves 3 de febrero y tiene como protagonistas a Cristina Martí, maestra de clown; al dueño de una cafetería de la Ciudad de Buenos Aires; a un peluquero y a Joaquín Sánchez Mariño, periodista argentino que se encargó de contar la anécdota en redes sociales y la historia se viralizó. 

Todo comenzó cuando Cristina halló un árbol en la basura en pleno barrio porteño de Palermo Soho. Le preguntó a un desconocido -que resultó ser el periodista- si sabía algo de árboles y el joven contestó que no pero se acordó de un amigo de la infancia, el dueño de Fauna Café y Flora, especialista en jardines verticales. 

Así que agarraron el árbol y juntos emprendieron camino a la cafetería. En el camino se tomaron varias fotos con el árbol que hacen más emotiva esta historia. Cuando llegaron Joaquín le explicó a Álvaro que hallaron un árbol y no sabían qué hacer con él. El hombre dejó la caja de la cafetería sola y salió a mirarlo.

"¿Un liquidámbar?... O un roble americano", comenzaron a dudar. Álvaro aportó a la causa una maceta blanca, puso el árbol dentro y buscó un bidón de agua para regarlo. El árbol estaba apoyado justo adelante de una peluquería. Su dueño salió y preguntó qué había pasado y se unió al rescate. 

"Pongamosle algo mojado alrededor de la raíz para que aguante más hasta que vuelva a tierra", dijo el peluquero según reveló Joaquín Sánchez Mariño en su hilo de Twitter y el sujeto buscó un sweater que alguien había dejado tirado en la calle, lo mojaron y protegieron la raíz que sobresalía de la maceta. 

Entonces Cristina se quedó tranquila que el árbol sobreviviría porque Joaquín le prometió que se haría cargo de llevárselo. Después el periodista se dio cuenta que no tenía cómo, pues si bien era liviano medía tres metros de altura. 

Javier Luna, el dueño de la peluquería, dijo que vivía en Lobos y que él podía llevarlo para plantarlo en su jardín. Final feliz. Días después Javier confirmó que el liquidámbar estaba ya plantado en Lobos y que le había comprado un suplemento que le habían recomendado en un vivero: un antiestrés para plantas. 

La emotiva historia revolucionó las redes sociales y sembró una duda: ¿liquidámbar, roble americano... o un arce?. Pues, no está chequeado.