Aunque no lo creas, esto es fundamental para saber qué almohada elegir.

Si dormís boca arriba: elegí una almohada dura y de altura media (entre 10 y 13 cm).
De lado: te conviene una almohada alta (hasta 15 cm).
Boca abajo: en ese caso, las finas (8 a 10 cm) están especialmente recomendadas para los chicos y para aquellos que descansan boca abajo. Las almohadas cervicales

Si sufrís de alguna patología en la zona del cuello, una buena opción son las almohadas cervicales porque dan mayor soporte a la zona lesionada y a la cabeza. 

Los tres materiales más recomendados para una almohada son:

Fibra: permite que circule el aire y esto favorece la absorción de la humedad. Se puede lavar.
Viscoelástica: al adaptarse a la forma de la cabeza y ser termosensible, proporciona un apoyo perfecto a la nuca y sirve para descansar por completo la zona cervical.
Látex: es de las más suaves y su estructura interna de células abiertas permite más ventilación e higiene. 

Así es. Elijas la que elijas, tené en cuenta que la duración de una almohada suele ser de unos dos o tres años, dependiendo del uso y del número de lavados. Una vez pasado ese tiempo, empiezan a perder sus características iniciales.

En caso que sea así, sabelo: estás haciendo muy mal. ¿Por qué? Según diferentes especialistas, siempre es necesario dormir usando almohada para que nuestros músculos descansen y se relajen. Por el contrario, acostarse sin almohada equivale a pasar la jornada completa con el cuello girado hacia un lateral.