La instrucción es así de sencilla: tomar mucha agua. ¿Por qué? Muchos estudios demostraron que los dolores de cabeza pueden ser producto de la falta de líquido. Si no sos fanático del agua, también sirve comer vegetales y frutas con un alto contenido de agua como sandía, pepino, apio o melón.  

En compota o asada, todo sirve. Si bien la fruta absorbe el alcohol, la manzana mucho más porque también es digestiva.

El limón es el tratamiento más simple y el mejor depurador del hígado, el órgano más afectado después de una noche de alcohol excesivo. A un vaso con agua agregale dos cucharadas de jugo de limón fresco y tomalo lentamente.

Como te dijimos antes, tomar infusiones es bueno en general porque incorporás agua, un té de melisa aún más: ayuda a calmar el malestar estomacal, las náuseas y es un buen hidratante.

Los componentes del jengibre ayudan a aliviar las náuseas y la sensación de mareo. Podés consumir cualquier alimento que lo contenga (como galletitas o pan) o tomarlo como infusión o agregarlo al mate.

Seguramente alguna vez escuchaste que tomar cerveza a la mañana siguiente ayuda a calmar la resaca. Es el remedio popular por excelencia… y el más peligroso. Aunque tiene antioxidantes que son recomendables, en definitiva seguís tomando alcohol.