En un contexto donde todo es incierto, esta incertidumbre también se presenta -obviamente- en el ciclo académico. ¿Qué pasa con las carreras universitarias? ¿Qué opinan los estudiantes al respecto? ¿Se pierde el año por completo? ¿Les preocupa?
Son muchos los interrogantes que surgen a partir de un año en el que todo se puso de cabezas. Debido a la pandemia de Coronavirus las clases en todo el mundo y en todos los niveles debieron suspenderse, o adaptarse a las nuevas tecnologías y en más de un caso brindar clases virtuales.
En los países en los que comenzó a levantarse la cuarentena preventiva y obligatoria, gradualmente los alumnos fueron volviendo a las aulas, pero… ¿Qué sucede en Argentina? Y ahí tenemos otro interrogante.

El Ministro de Educación, Nicolás Trotta, dio recientemente algunos detalles sobre cuándo se retomarán las clases presenciales asegurando que la idea sigue siendo volver en "agosto o septiembre".
"El escenario que tenemos es después de las vacaciones para volver escalonadamente. No lo sabemos y no lo sabe ningún país del hemisferio sur cómo va a impactar la llegada del invierno. Si le queremos dar la tranquilidad a los padres que cuando se promueva la vuelta es porque se minimizó el riesgo de contagio. No vamos a poner en riesgo innecesario a nadie: maestros ni alumnos", manifestó en Radio La Red, aclarando que el nivel universitario "puede ser el que más tarde vuelva a la normalidad".
Por su parte, los alumnos universitarios manifiestan diferentes puntos de vista, abordados desde el lugar que los atraviesa todo esto. Existen muchísimas realidades, quienes estudian no solamente estudian, también trabajan o deben criar a sus hijos, no todos lo que estudian tienen fácil acceso a Internet, no todas las compañías de Internet funcionan correctamente todo el tiempo, hay facultades que están preparadas para llevar a cabo un programa virtual, hay otras que no. Y así se forma una gran ensalada de realidades que afectan en mayor o menor medida a los alumnos propiamente dichos. Fue por esto que desde Filo.news charlamos con varios estudiantes y nos brindaron su opinión.
¿Qué dicen ellos?
- "Los contenidos no se incorporan de la misma forma se pierde el intercambio y la práctica oral escasea. Aparte hay muchísima demanda y presión. Trabajar, estudiar, mantener la casa y tener una hija en simultáneo es imposible", Camila de 26 años, estudiante de Licenciatura en estudios de la Comunicación de la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín).
- "Se pierde la motivación y las materias prácticas quedan en el aire", Miguel de 27 años, estudiante del profesorado de Educación Física de IPEF (Instituto Privado de Educación Física).
- "Mis clases las entiendo más que cuando las presencio porque se puede ver mejor la presentación que hacen los profesores. De todos modos aún no me están evaluando, y obviamente que cada materia y el dictado de la misma depende de cómo el profesor se maneje con la tecnología", Manuel de 20 años, estudiante de Licenciatura en Ciencias de la Computación de la UNR.
- "Antes de empezar a cursar lo daba como año perdido, y si bien no está perdido del todo porque estoy cursando online y estoy rindiendo parciales, considero que no estoy aprendiendo lo mismo que aprendería si fuese a cursar porque tengo muchas materias que son prácticas. Además se que se va a complicar con los finales porque no saben si tomarlos en julio o pasar todo para diciembre. Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es que si bien yo tengo acceso a Internet y la tecnología necesaria, por ejemplo el día que debía rendir dos parciales se cortó Internet y eso me perjudicó bastante", Agustina de 24 años, estudiante de Organización de Eventos en el COE (Centro de Organizadores de Eventos).
- "Las clases virtuales me significaron bastante rechazo al principio, hasta que logramos adaptarnos a la plataforma Zoom y a la circunstancia. Al cursar con un grupo de 25 personas y trabajar con la discusión de la teoría, se hacía una mezcla importante de voces. Esto sumado a las ansiedades que traía cada uno por la situación de cuarentena nos dificultaba mucho más la tarea. Pero, finalmente no considero que sea un año perdido porque logramos adaptar rápidamente el cronograma para completar el cuatrimestre con bastante normalidad, y ya logramos tener la primer síntesis de una materia en los tiempos estipulados", Diego de 29 años, estudiante de Psicología Social de la escuela de Psicología Social del Sur.

Y… ¿Cuál es la situación de la Universidad de Buenos Aires? Trotta lamentó la situación de ciertas universidades como ser la de la UBA, ya que "el 1º de junio no se van a poder retornar físicamente las clases", y destacó además que "en cada una de las 13 facultades, en ciertas carreras puede haber más virtualización que en otras".
De acuerdo a esto, el rector de la UBA, Alberto Barbieri aseguró que la última versión del calendario académico "no se modifica, se van a seguir dando clases en forma remota, y cada facultad de acuerdo a la especialidad de la carrera y materias, definirá qué contenidos se dan en forma virtual, y cuáles de manera presencial". En el caso de los contenidos que las instituciones decidan que deban darse de forma presencial serán postergados hasta que el Gobierno Nacional lo defina.
Por eso, dialogamos con alumnos de la Universidad de Buenos Aires, más específicamente de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Ellos sostienen que el apoyo es muy escaso, que la comunicación y la fluidez no es buena y que muchos docentes ni siquiera están preparados para afrontar esta modalidad de clases virtuales, aunque entienden que esto es una falla a nivel de la facultad y no particular de cada profesor.
"Este cuatrimestre me anoté a cuatro materias y me di cuenta que el apoyo de clases virtuales depende de cada cátedra, por ende es muy variada la cursada. Estoy haciendo dos anuales con clases por Zoom y videos que graban los profesores; es una modalidad que está buena porque te da la posibilidad de seguirle el ritmo y tener una rutina marcada. Y las otras dos son cuatrimestrales, en estas pasa completamente lo contrario, el único acercamiento que hubo fue que los dirigentes de la cátedra nos facilitaron el programa y la bibliografía, pero cada uno debe ir siguiendo e interpretando como pueda el material. Si bien yo no siento que sea algo imposible, sucede que es una modalidad demasiado autodidacta y cuando te anotas en una carrera presencial estás buscando el debate y la presencia de los profesores. Además, la UBA tiene una comunicación bastante precaria, porque más allá de que haya un lineamiento general cada materia y cada cátedra toma sus propias decisiones por lo que todo se vuelve muy confuso. Eso desmotiva todo. Por ahora no nos toman exámenes, y no es la idea hacerlo virtual tampoco, lo cual para mí está bien porque hay muchas realidades y no todos tienen acceso. Perder este año sería irrelevante porque hay otros factores que influyen que son mucho más importantes, como por ejemplo la salud física y mental", nos contó Rocío de 20 años.

Como así también Juan Pablo de 24 años nos brindó su parecer: "Yo creo que si bien la virtualidad trae un montón de complicaciones, tales como el acceso para algunes (sic): como buena conexión a Internet, algún aparato en buenas condiciones o mismo privacidad para la hora del estudio o clases virtuales, o también por cuestiones de facilidad para con la tecnología; son problemas que con voluntad y predisposición pueden superarse. Desde la gestión podrían esforzarse en enseñar a los docentes a grabar sus clases, enseñar a quienes no sepan a usar herramientas como Zoom o elaborar planes para que nos llegue a les alumnes (sic) un acompañamiento real y no ficticio, y que todo el discurso de 'estamos haciendo el esfuerzo de encontrarle la vuelta' no sea una simple frase para quedar bien con quien sea. Aparte de mostrar un desinterés por parte de la gestión de la UBA o de Sociales que viene desde hace años para incorporar las nuevas tecnologías a la práctica educativa; este contexto también nos muestra una gran falta de compromiso con la educación pública".
Mientras que -bajo la misma línea-, Lucía de 21 años expresó: "Me anoté en cuatro materias y solo en dos se están tomando el tiempo de realizar un acompañamiento virtual como se debe (haciendo clases virtuales y mandando cosas al campus) y además se preocupan en tener un contacto con sus alumnos. En las otras 2 los profesores no se están preocupando por realizar el acompañamiento virtual. Entiendo sí que no es todo culpa de los profesores, convengamos que el sistema educativo en general no estaba listo para un contexto de pandemia en el que las clases sigan de forma virtual. Falta mucha capacitación a los docentes para eso", y resaltó: "Siento un gran desinterés por parte de la decana, ella sí muestra con los mails que manda y sus acciones que los alumnos, efectivamente, no le importamos. Eso después termina limitando a los docentes y por eso estamos así: sin noticias de nada, con incertidumbre. Sinceramente no sé qué va a pasar con el cuatrimestre: puede que se cancele, que se haga todo virtual, que algo se pueda salvar, que después tengamos que cursar en verano... realmente no lo sé y a esta altura me parece inútil hacer tantas especulaciones".
Por lo tanto, hasta el momento y según lo señalado por Trotta, las cursadas seguirán siendo de manera virtual y aquellos alumnos que iban a rendir finales para graduarse a mitad de año deberán aguardar que sus respectivas facultades decidan, de acuerdo a la materia y la carrera, si postergan o no las evaluaciones.
Por su parte, Barbieri comentó que en conjunto con otras universidades y el Ministerio de Educación se está trabajando "para definir otros escenarios, es decir, cómo tendríamos que tomar los exámenes finales presenciales, con qué protocolos y de qué manera".
Respecto al CBC, el rector explicó: "Hay unos 70.000 alumnos anotados cursando este ciclo en forma remota a través de la plataforma UBA XXI y unos 20 mil más que estaban anotados para la presencialidad, pero todos ellos a partir del 1º de mayo comenzaron a seguir clases a distancia".
"Estos alumnos deberán dar exámenes finales presenciales para ingresar a la carrera, lo que se concretará en septiembre u octubre próximo, por lo que estamos en diálogo con el Ministerio de Educación para resolver de qué manera lo harán en caso de seguir con el aislamiento", aseguró Barbieri.
Queda claro entonces que cada institución establece sus propias reglas y a partir de ahí cada cátedra toma sus decisiones. En los casos en los que brindan clases virtuales, generalmente se mantiene la carga horaria respetando el programa de la materia esto le posibilita al alumno a tener una rutina más marcada lo cual puede ser de gran ayuda para su organización en los métodos de estudio.
Más allá de eso, volvemos a repetir que es un momento en el que la incertidumbre gana cada batalla porque por más de que se estipulen fechas o se readecúe una y mil veces el calendario académico, hoy por hoy todo queda en manos de nuestro enemigo invisible, el coronavirus.