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Ropa low cost: los riesgos de comprar prendas al 40% off, 2x1 o Black Friday

Y sí, lo barato sale caro. Los descuentos y las cuotas sin interés incitan a la moda masiva y desmedida, al consumo sin consciencia. ¿Quién paga los platos rotos? El planeta y las personas con escasos recursos económicos.

Ropa low cost: los riesgos de comprar prendas al 40% off, 2x1 o Black Friday

Desde hace 24 años en Argentina, cada 27 de septiembre es el Día Nacional de la Conciencia Ambiental. También este viernes se festeja el Día Mundial del Turismo y esto me recuerda a la famosa frase que circula en Internet "nadie quiere asumir sus obligaciones ambientales pero sí quieren ir de vacaciones donde abunda la naturaleza"

Afortunadamente el mundo está siendo atravesado por un despertar de conciencia: nueve de cada diez consumidores de la generación Z tomaron cartas en el asunto -y no hablo de compartir la foto de Greta Thunberg en redes sociales, aunque también es válido- hablo de alzar la voz, exigir responsabilidad en temas sociales y ambientales a las empresas y organismos. Por ejemplo, este viernes a partir de las 15 horas una multitud se movilizará desde Plaza de Mayo al Congreso Nacional por el cambio climático.

También luchan día a día por desarticular el consumo "fastfashion"basta de comprar ropa innecesaria y de forma autómata solo porque es barata o porque nos seducen con inigualables ofertas, cyber fashion, pagos sin interés. "Comprá ahora o te arrepentirás por el resto de tu vida de haber desaprovechado esta oportunidad" y la letra chica sería "tenelo en el cajón por las dudas, no importa si después no lo usas". Grave error. Sabemos que lo bonito y barato... no puede ser también bueno.

La industria textil es la segunda más contaminante, provoca al menos un 20% de la contaminación acuífera. El daño inicia desde el momento en que elabora la prenda y continua cada vez que se lava en casa. Para hacer un jean se gastan 7.500 litros de agua, el equivalente a lo que consume una persona en siete años, para hacer una camiseta 2.720 litros de agua. Cada año se producen 80.000 millones de prendas. Además Greenpeace encontró residuos hormonales y químicos cancerígenos en ropa hecha por 20 marcas reconocidas (es decir que cada vez que nos vestimos entramos en contacto con pequeñas dosis de químicos nocivos). Cada kilo de ropa incinerada genera 1,36 kilo de dióxido de carbono.

  • El 22,5% de los insecticidas del mundo y el 10% de los pesticidas, se usan para cultivar las fibras con las que se hace la ropa. El teñido y el tratamiento de prendas requiere de una mezcla de químicos tóxicos. 
  • Las emisiones de CO2 de nuestra ropa representa alrededor del 3% del total mundial. Cerca de la mitad de estas emisiones se producen mientras la ropa está siendo usado, lavado, secado, planchada y desechada luego. 
  • El 95% de la ropa que es descartada puede ser reciclada. 

¿Quién paga el precio de la moda masiva y desmedida? El planeta y las personas con escasos recursos económicos. ¿De dónde proviene la ropa que llevamos puesta, quién la hizo, en qué condiciones de trabajo se realizó? 

Todo esto es el resultado del desarrollo de la globalización y comenzó en los años '80, cuando las grandes empresas de ropa y calzado, en la búsqueda de lugares donde se pague menos a la fuerza de trabajo (para mantener el equilibrio de los precios y la "calidad"), han trasladado sus centros de producción a países de bajos ingresos, y principalmente donde las normas que regulaban los derechos de los trabajadores en términos de salarios y de seguridad fueron (y son) tenues, leves, volátiles. 

Gracias a las batallas de ONGs se han descubierto casos de trabajo infantil, jornadas de trabajo de 14 horas, episodios de violencia, abuso, y, por supuesto, salarios de hambre en Corea del Sur, India, China, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Bangladesh.

El problema es que cuando los salarios aumentaron en Bangladesh -luego de años de lucha- muchas compañías se fueron a otros lugares para mantener bajos los costos: Etiopía, por ejemplo, donde los salarios son en promedio un tercio de los que se pagan en Bangladesh.

¿Cuál es la alternativa más ecológica para seguir consumiendo moda?

"Dejé de comprar en cadenas o en marcas de shopping que sé que tienen causas y denuncias por trabajo esclavo. Me obligo a hacer 'huelgas de la moda', donde prometo no gastar dinero en la industria durante varios meses o incluso un año. Amplié mi manera de usar la ropa: cuando me aburro de una prenda la intercambio con alguna amiga o familiar o directamente la intervengo y se transforma en una totalmente distinta", explica a Filo.News Agustina Nicola, Técnica Superior en Imagen Personal y Corporativa. 

"Dos veces al mes hago una feria que se llama 'Te Invoco Estilo' es itinerante, tenés que traer tu propia bolsa, no uso etiquetas impresas en papel y tinta sino que las hago manual con restos de papel, cartón y demás. A cada persona que compra le cuento del beneficio y lo necesario de cambiar los modos de consumo en la moda. Los exhibidores donde pongo la ropa también son hechos reciclados con materiales como madera vieja, caños de pileta que no se usa, canastos de frutas", explica.

¿Con qué productos es tratado el algodón de esa prenda en su etapa de desarrollo e industrialización? ¿Alguna vez te lo haz preguntado?

Solo con googlear o investigar a tu marca favorita sabrás de qué manera contribuye en el medioambiente. A mí me gusta el trabajo de la pyme @ethicalbear y es solo por citar un ejemplo de la industria sustentable y el comercio justo, que existe en Argentina y que estaría bueno que lo tengamos en cuenta para vestir y hasta para hacer un regalo. Les dejo unas imágenes esclarecedoras para que entiendan un poco más cómo funciona.  

RECHAZAR lo que no necesitamos...REDUCIR a lo que de verdad necesitamos.

REUTILIZAR comprando en ferias americanas, de segunda mano, intercambiando con otros (no sólo ropa) y RECICLAR sólo lo que no pudiste rechazar, reducir y reutilizar.

REINCORPORAR a través del compost para jardinería casera.

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