El 12 de abril de 1997, trabajadores desocupados de Cutral Có y Plaza Huincul, en la provincia de Neuquén, volvían a las rutas para reclamar por puestos de trabajo -tras un pacto que habían alcanzado meses atrás con el entonces gobernador Jorge Sapag- y solidarizarse con una huelga llevada adelante por los docentes.
Ese día, la Gendarmería reprimió a los piqueteros. Los hicieron replegarse hacia la ciudad, donde ingresaron con balas y gases lacrimógenos, ante la resistencia de la población del lugar. En la represión, mataron a Teresa Rodríguez, una trabajadora de 25 años. Además, resultaron heridos otros cuatro jóvenes durante el operativo.
El Gobierno provincial afirmaba que la bala que había matado a Teresa había salido de los grupos piqueteros, pero una pericia demostró que provenía de una pistola 9 milímetros, el calibre que utiliza la Gendarmería.
Más de 15.000 personas participaron del velorio de Teresa Rodríguez, y en todo el país se produjeron movilizaciones a este asesinato.
El asesino nunca fue identificado, y la Justicia terminó cerrando la causa sin procesar a nadie. Sin embargo, una segunda causa logró demostrar que cuatro policías habían disparado contra la población. Fueron condenados a dos años y medio de prisión en suspenso, y, más tarde, reincorporados a la Policía provincial.