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Afganistán: el retorno talibán y la destrucción de las mujeres como amenaza

Mientras los insurgentes islamistas continúan asentando su presencia en la capital, se teme una desintegración plena sobre los derechos obtenidos durante los últimos 20 años.

Afganistán: el retorno talibán y la destrucción de las mujeres como amenaza

El súbito avance de los talibanes sobre Afganistán, plasmado en las últimas jornadas con la toma de su capital, abrió un escenario de incertidumbre para buena parte de los más de 38 millones de habitantes del país asiático. 

En este proceso, las mujeres y niñas del país, parte de una generación que ha crecido con derechos y libertades impensadas solo dos décadas atrás, figuran entre las más vulnerables, viendo amenazada, una vez más, su propia vida.

Solo como antecedente y según los reportes de las Naciones Unidas, desde el comienzo del año 2021, las muertes de civiles han aumentado en casi un 50%, con más mujeres y niños muertos en Afganistán que en los primeros seis meses de cualquier otro período desde que comenzaron los registros en 2009.

Mientras los insurgentes islamistas continúan asentando su presencia en la capital, se teme una desintegración plena sobre los derechos ganados durante los últimos 20 años.

Esto responde a la interpretación más cerrada de la ley sharia, la vertiente más fundamentalista del cuerpo de derechos islámico, que los talibanes impusieron la última vez que controlaron la capital. 

En ese período, transitado mayormente en el período 1996 - 2001, a las mujeres y las niñas se les negó en su mayoría el derecho a la educación o el empleo. Cubrirse la cara por completo en público se hizo obligatorio y no podían salir de casa sin un acompañante masculino.

Además, se llevaron a cabo flagelaciones y ejecuciones públicas en plazas y estadios, incluida la lapidación por adulterio.

Si bien la retirada de los talibanes no supuso el fin de los abusos, de hecho en las zonas más remotas del país la educación femenina siempre fue utópica dado que en los enclaves rurales este grupo continuó con una injerencia muy presente, durante las últimas dos décadas, se lograron avances significativos con mujeres ingresando a universidades y completando la fuerza laboral en los distintos espacios de la sociedad. 

Es por eso que la “caída de Afganistán” presenta un preocupante precedente sobre este punto, algo marcado por grupos de mujeres que residen en Kabul y que han recurrido a las redes sociales para expresar su dolor por una forma de vida que ya es parte del pasado. 

Desde el plano occidental, en las últimas horas se viralizaron imágenes de corresponsables como Clarissa Ward (CNN) o Charlotte Bellis (Al Jazeera) mientras reportaban desde las calles de la capital afgana vistiendo el hiyab.

En ambos casos las periodistas aclararon que en el caso de las salidas al aire sin velo, se trató en ambos casos de informes realizados en una propiedad privada y no en público, aclarando que la obligación para las mujeres de llevar la cabeza y el cuerpo cubiertos está limitada.