Michal Prasek era un habitante de 33 años de la localidad de Zechov, en el noroeste de República Checa. Lo particular de este hombre era que desde 2016 tenía leones en el patio de su casa.

El primer león lo obtuvo en 2016 y un año más tarde llegó una leona más joven con el objetivo de hacer que tengan crías.

Los vecinos y autoridades locales tenían problemas con él por el peligro que significaba tener dos animales salvajes sin autorización legal que permanecían encerrados en jaulas construidas por él mismo.

Las autoridades no encontraron motivos legales y solo pudieron multarlo. No podían llevarse a los leones a la fuerza porque no tenían evidencias de maltrato animal ni encontraron un lugar alternativo para reubicarlos.

El verano pasado, un ciclista chocó con la leona que Prasek había sacado a pasear atada a una cadena, como si fuera un perro. La causa fue considerada un accidente de tráfico tras la intervención de la Policía.

El final fue fatal y tanto el hombre de 33 años como los leones perdieron la vida. El cuerpo de Prasek fue encontrado destrozado este martes adentro de la jaula del león de 9 años con la reja cerrada desde el lado de adentro. Para recuperar el cuerpo, las autoridades aseguraron que tuvieron que ejecutar a ambos leones.