En el día de hoy la República de Cuba comenzó la era post castrista. Raúl Castro se despidió de la política y dejó la dirección del Partido Comunista Cubano (PCC), cargo que marca su retiro seis años después de la muerte del líder de la Revolución Cubana, Fidel y en el marco del octavo congreso del partido, el cual termina en esta jornada.

“Electo Miguel Diaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de #Cuba en el #8voCongresoPCC”, anunció el partido desde su cuenta de Twitter al término de la oficialización en la elección de los delegados partidarios. 

De esta manera Raúl Castro, de 89 años, cumple con su palabra, dado que había anunciado en el año 2016 que renunciaría a la política y haría entrega de manera simbólica del control del país a una generación más joven, liderada por Miguel Díaz-Canel, quien asumió la Presidencia de la isla en 2018 y en el día de mañana cumplirá 60 años. 

Durante el encuentro que toma lugar cada 6 años también renunció el diputado José Ramón Machado, de 90 años. Esta decisión deja por primera vez al directivo de 17 miembros que dispone el Ejecutivo cubano sin integrantes de la revolución ocurrida en el año 1959.

El relevo toma lugar en el marco de una profunda crisis económica, profundizada en parte por el impacto de la pandemia de Covid-19, así como la profundización del embargo económico vigente sobre el país por parte de los Estados Unidos,

Cuba ingresó a esta fase recesiva global con grandes vulnerabilidades que no pudieron resolverse en la última década de reformas y en buena medida agravadas por la presión de la primera economía del mundo que, tras la Presidencia de Donald Trump y la reincorporación de la isla a la lista de países patrocinadores del terrorismo como último gesto, tendrá en la administración Biden la posibilidad y necesidad de retomar los estímulos bilaterales que marcaron el cierre del mandato de Obama.

De esta manera se observa como por un lado la vieja guardia en la política cubana da pasos al costado, en buena medida por razones biológicas y no políticas, en tanto que las reformas económicas intentan salir a flote pese a la resistencia ideológica del Partido Comunista a torcer sus lineamientos. 

Todo esto en un contexto en el que la sociedad cubana parece más exigente de mejores resultados en su calidad de vida, motivado por el recambio generacional donde se supone que las prácticas políticas continuarán inalterables pero no así las exigencias que la crisis financiera, de producción y de suministros representan. 

El acceso a internet y la enorme desigualdad que se hizo más visible en los últimos años a partir de las distorsiones económicas producidas por el acceso al dólar genera nuevos cuestionamientos al Gobierno y la exigencia de cambios al respecto.