El 20 de octubre de 2010, una manifestación de trabajadores tercerizados del ferrocarril Roca terminó con el asesinato de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero.

A doce años de su muerte, ¿quiénes fueron los responsables? ¿Hay detenidos por el crimen? ¿Qué huellas dejó ese hecho en los movimientos sociales y en las manifestaciones en la calle?

A mediados de 2010, los trabajadores tercerizados del sector limpieza del tren Roca intentaron organizarse para pedir el pase a planta permanente. Uno de ellos, Andrés Padellaro, quiso postularse, pero la empresa lo trasladó de estación para impedir su candidatura. Además, hubo varios despidos. 

El conflicto no se resolvió y fue escalando. Los trabajadores realizaron medidas de fuerza que incluían el corte de vías. La Unión Ferroviaria, gremio oficial del rubro, empezó una campaña con volantes y pasacalles que decían “los trabajadores ferroviarios no cortamos las vías”. Así se llegó al fatídico 20 de octubre de 2010, día en el que se hizo una masiva marcha que salía desde Avellaneda.

Mariano Ferreyra era militante del Partido Obrero y se había movilizado junto a organizaciones sociales y políticas para apoyar el reclamo de los trabajadores tercerizados. Cuando la patota de la Unión Ferroviaria les disparó, el resultado fue de tres heridos y un asesinado: Mariano.

Su asesinato se convirtió en un símbolo de la lucha de los trabajadores en la calle, y de la connivencia entre las patotas sindicales y el poder político y sindical. A partir de su muerte se escribieron libros y se hicieron documentales. A pesar de que los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra fueron condenados, los hechos de ese 20 de octubre de 2010 siguen dejando huella.