"Yo estoy destruido y estamos muertos todos. Máximo está destrozado. No hicieron ningún plan para matarlo. Eso es una locura. Es una pesadilla total", fueron las primeras palabras públicas de Marcial Thomsen, tras visitar a su hijo (uno de los imputados como coautor del homicidio) en la comisaría.

Este sábado se dio el segundo día de visitas en la comisaría de Pinamar, en la que se encuentran los detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa, cometido el pasado 18 de enero pasado en la puerta de la disco La Brique. La misma se dio entre las 14 y las 17, y luego se retiraron.

Según se informó, en la ciudad de la costa se hicieron presente 14 familiares, entre ellos el mencionado padre de Máximo Thomsen, que día a día complica su situación ya que al menos cuatro de cinco testigos lo marcaron como uno de los responsables directos de la agresión que terminó en crimen. 

A las pocas horas de que Marcial hablara con la prensa, se conoció que la madre del joven, la arquitecta Rosalía Zárate, dejó su cargo en la secretaría de Obras Públicas del Municipio de Zárate a partir de esta situación en la que está inmersa su hijo, por la que habló de que no estaba en condiciones físicas ni mentales.

Por otro lado, la que también habló ante la prensa fue la mamá de Juan Guarino, otro de los rugbiers detenidos, asegurando que su hijo le confirmó que no estuvo en el momento de la agresión. "Me dijo que no estaba en el lugar de los hechos. Lo único que sé, es que le pido muchas disculpas, mucho pésame a la familia (de Fernando)".

Guarino es uno de los jóvenes que por el momento no había sido reconocido por testigos en ruedas de reconocimiento y existirían indicios de que se habría alejado del boliche antes de que se desate el ataque a Báez Sosa.