Franco Ferraro, vicepresidente de la comuna de La Rubia, un pueblo de la provincia de Santa Fe de apenas 400 habitantes se vio conmovido en los últimos días por un suceso que indignó a la población.

Dos integrantes de una familia dieron positivo de coronavirus, a pesar de la notificación decidieron festejar el cumpleaños de una de sus hijas. 

El resultado del festejo terminó con 15 personas aisladas a la espera del resultado del hisopado. El hecho ocurrió el pasado fin de semana, en un campo de la zona rural de la comunidad, donde el abuelo de la familia de un peón de ese campo estaba internado por unas complicaciones de su salud y durante su estadía en el hospital se contagió de covid-19.

“A raíz de eso, el hijo del señor y su esposa decidieron realizarse los hisopados el viernes y en el mismo día les confirmaron que sus test habían dado positivo”, explicó Ferraro para Infobae. 

Así y todo la familia decidió continuar con el festejo de uno de los integrantes de la familia, a pesar de estar contagiados.

De acuerdo a la información brindada por la Comuna de La Rubia, a la fiesta acudió una gran mayoría de adolescentes, procedentes del mismo pueblo de La Rubia como de Hersilia, una población vecina.

“Estamos en una situación complicada con el Covid en nuestra comunidad. Ahora tenemos 7 contagios y es nuestro peor momento de la pandemia. Por eso, esta noticia nos pega muy fuerte”.

Desde la familia aseguran que no realizaron ninguna fiesta, sino que fue una de sus hijas, que cumplía años y que comenzó a invitar a otros adolescentes al domicilio. 

“Los padres dijeron que no tenían pensado hacer una fiesta. Que ellos se fueron a dormir y que fue su hija la que empezó a invitar a sus amigos, pero la fiesta duró mucho tiempo. No puede ser que no se hayan enterado y no hayan frenado todo”, arremetió Ferraro.

Asimismo, el vicepresidente comunal explicó que por el momento no se suspendieron las clases presenciales de los cursos escolares a los que acuden los integrantes de la fiesta.

Así y todo, Ferraro detalló que el riesgo que se corrió en la celebración de la fiesta puso en jaque a un sistema de respuesta sanitaria muy precario en la comunidad.