¿Por qué es feriado este jueves? ¿Qué ocurrió ese día? estas son algunas de las preguntas más frecuentes que se formulan en torno a esta fecha, conmemorada en el país a lo largo de los años.

Para los católicos el Jueves Santo es uno de los días más importantes, que antecede a la crucifixión de Jesús, acto que los fieles celebran como una entrega de amor. El relato se puede encontrar en los Evangelios de Mateo (26), Marcos (14), Lucas (22), y Juan (13-18).

El relato de lo que sucedió ese jueves se compone entre varios momentos: el Lavado de pies, la Última cena, El rezo de Jesús en el Huerto de los Olivos y la Traición de Judas. 

Jesús lava los pies a sus discípulos

Según el Evangelio, sabiendo que Judas Iscariote, uno de sus amigos, lo traicionaría y lo entregaría a los soldados romanos para su ejecución, Jesús reúne a sus apóstoles. Les lava los pies -considerado un signo de humildad, ya que en ese entonces el encargado de limpiarlos de la tierra era el sirviente de las casas- y cena junto a ellos a modo de despedida.

"Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote (...) el propósito de entregarle, (...) se levanta de la mesa, tomando una toalla, se la ciñó (...) y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos", se lee en el Evangelio de Juan, capítulo 13, versículo 1-15.

Pedro es quien detiene a su Maestro. Le pregunta "¿Tú señor me lavarás los pies a mí?". Jesús le responde "Lo que hago no lo comprenderás ahora", y pese a la negación del apóstol insiste: "si no lo hago no podrás compartir mi suerte". "Entonces, señor lávame también las manos y la cabeza". Sin embargo, Jesús contesta: "El que se ha bañado, no necesita lavarse. Ustedes están limpios, aunque no todos", referencia a la posterior traición de Judas.

Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: "¿Comprenden ahora lo que hecho? Ustedes me llaman Maestro y lo dicen bien, porque lo soy. Si yo que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros". Símbolo de servicio y amor que el catolicismo apunta a través de los actos de solidaridad que realizan.

La última cena

Antes de su muerte, Jesús reúne a sus apóstoles en una última cena, donde sin decírselos, se despide de ellos. Sentado a la mesa, bendice el Pan y el Vino, elementos que serán consagrados como su Cuerpo y su Sangre. En este acto, introduce el sacerdocio, motivo por el que dicho gesto se realiza en todas las misas siendo la instancia más relevante, donde Dios se hace presente en la Eucaristía.

Tomó el pan y dando gracias los miró y les dijo: "Tomen y coman todos de él, porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros". Luego tomó la copa y nuevamente agradeció. "Tomen y beban todos de él porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la Alianza Nueva y Eterna que será entregada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados". Y les pidió que realicen este gesto en memoria suya.

"Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado", continúa Jesús. Para los católicos este signo es relevante ya que instituye el principio fundamental para un fiel, por sobre los diez mandamientos que Dios le entregó a Moisés.

• El anuncio de las negaciones de Pedro

Finalizada la cena, Jesús se dispone a partir al Monte de los Olivos para rezar. Pedro lo detiene. "Señor iré contigo hasta la cárcel y la muerte", pero Jesús le responde: "Yo te aseguro, Pedro, que hoy, antes que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces". Esta escena es un presagio de lo que según el Evangelio sucederá después.

En el Huerto de los Olivos y traición de Judas

Acompañado por dos discípulos -quienes posteriormente se quedan dormidos- Jesús se dirige al Huerto de los Olivos, un monte también conocido como Getsemaní, para rezar. Allí, con un beso en la mejilla es traicionado por Judas, quien por treinta monedas de plata lo entrega a los soldados para ser ejecutado.

"Judas se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo: «¿Con un beso me traicionas?». Los apóstoles que estaban con Jesús, viendo lo que iba a suceder, le preguntaron: «Señor, ¿usamos la espada?». Y uno de ellos hirió con su espada al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha. Pero Jesús dijo: «Dejen, ya está». Y tocándole la oreja, lo curó", está escrito en el Evangelio de Lucas (22, 47-51).

Misa de Jueves Santo

Muchos de los gestos que figuran en el relato tienen lugar en la misa. Algunos de ellos son el Lavado de pies, en la ceremonia es el cura quien lo hace hacia algunos de los presentes. Como ofrenda, los presentes se solidarizan entregando un alimento no perecedero para destinar al comedor parroquial o a otros centros que lo requieran.

Como en todas las misas, se consagra el Pan y el Vino. Sin embargo, otra de las particularidades de la misa de Jueves Santo es que, finalizada la celebración, tiene lugar la llamada "Hora Santa", momento de oración que conmemora el rezo de Jesús en el monte, minutos antes de ser encarcelado.